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Siempre había sido bastante desinteresado con el tema de las personas con las que estaba, porque, eso quería aparentar; desinterés.

Ahora que estaba rojo hasta el culo por haber sido "descubierto" por sus amigos, no sabía muy bien cómo actuar.

Pero era bastante obvio si se ponía a pensar, estaban en medio del instituto tragándose hasta el alma con Minho, ¿en serio pensó que no los verían?

El grito chillón de Felix lo hizo encogerse en su lugar y tapar sus oídos para no quedar sordo, devolviéndolo al nada agradable momento que se le vendría.

— ¡Lo sabía! Es que... se miraban tan lindo, son un par de tórtolos.— canturreó el rubio, mirándolo divertido, pero sobretodo su rostro denotaba emoción.

— Jeongin con Hyunjin y tú con Minho, quien lo diría.— arqueó una ceja Chan, sonriendo divertido por la situación.

— Hasta estás rojito, no lo puedo creer.— agregó Felix, apretando sus mejillas.

Jeongin no decía nada, pero reía bajito mirando todo con gracia, le faltaban las palomitas nada más, para sentir que estaba en una buena película.

— Cállate.— lo manoteó Jisung, tapando sus mejillas.— Y pueden dejar de hablar como si fuéramos novios, porque no lo somos, iu— hizo una cara de asco.

— Iu no decías hace cinco minutos.— se burló de nuevo el rubio, estaba vez imitando el beso.

— Eres tan insoportable, rubio mal teñido.— rodó los ojos el pelinegro y se levantó dispuesto a huir de la situación.

— ¿Qué crees que haces? Nos debes un buen chisme, Jisung.— lo detuvo el menor de todos, Jisung lo miró mal, ¿donde estaba en Jeongin dulce de la mañana?

— Tenemos clases, ¿no? No me las quiero perder.— se excusó.

— Lo que hace el amor... ¡Milagros! — volvió a burlarse Felix en voz baja, y Jisung se volteó para sacarle el dedo medio.— Wow, que fiera.— volvió a burlarse, y esta vez el pelinegro estaba dispuesto a tirársele encima a golpearlo.

El rubio soltó una carcajada y le dio una palmadita en el hombro en son de paz, caminando junto a él hasta el salón de clases.

Jisung mordió su labio a la vez que llevaba una de sus manos a una de sus mejillas, estaban calientes.

Debía seguir rojo de la vergüenza, maldito Minho.

Pero benditos sus labios.

Una sonrisa casi se les escapa por ese pensamiento, pero la retuvo antes de parecer un loco de nuevo, ya tenía mucho con lo de la mañana y el almuerzo.

La clase estaba comenzando cuando sintió su celular vibrar por la llegada de un mensaje.

Minho:

¿Hoy a la noche en mi casa?
Te paso a buscar.

No tenía que ser adivino para saber a que se refería.

No se hizo el difícil y al poco rato le respondió aceptando la propuesta.

No se hizo el difícil y al poco rato le respondió aceptando la propuesta

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Souvenir ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora