Capítulo 15

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—¡No quiero!

Por toda la casa se escuchó el reclamo de la niña que se rehusaba a tomar su desayuno para asistir al primer día de clases. Minho a su lado solo suspiraba frustrado con el tazón de cereales sobre la mesa.

—Youngseo, ya hablamos sobre esto. —Trató de ser paciente con el complicado carácter de la menor—. Te prometo que todo estará bien.

La niña observó el plato con una mirada triste y luego volteó a ver a su papá, poniéndose de pie rápidamente para abrazarse a él, que correspondió el gesto y dejó suaves caricias en su espalda al escuchar como comenzaba a llorar.

—No quiero ir, no sé qué hay allá. —Habló entre hipidos y balbuceos—. ¿Qué pasa si no tengo amigos? No me gusta estar solita.

Comprendía el temor de la pequeña e internamente se generó el mismo temor en él. La escuela era una etapa complicada y Minho solo deseaba con todo su corazón que los recuerdos que Youngseo creara en ese lugar sean hermosos. Su pequeña hija solo merecía recibir alegría en su vida.

—Eso es imposible, bonita, estoy seguro de que vas a ser la niña más popular del lugar.

La niñita se alejó para verlo de frente con algo de duda, aun rodeando su cuello en un abrazo que se negaba a soltar.

—¿Cómo estas tan seguro?

—Solo es algo que sé cómo padre. Te prometo que no importa que suceda allá dentro, al final del día podrás volver a casa conmigo. —Trató de tranquilizarla, mostrándole una sonrisa confiada y pasó sus pulgares por las mejillas de la menor para limpiar sus lágrimas—. Y si quieres nos encerramos todo el día con un bote de helado y vemos las películas que quieras.

Incluso si Youngseo ahora lucía más tranquila, el miedo seguía sin desaparecer del todo.

—¿Por qué es importante que vaya?

—Porque debes vivir nuevas experiencias, descubrir como es el mundo por tu cuenta.

—¿Me dejarás sola? —Hizo un pucherito que indicaba su siguiente llanto.

Minho negó antes de volver a abrazarla con fuerza.

—Nunca te dejaría sola, Youngseo. Mi labor como tu padre es acompañarte en todo ese largo camino hasta que un día decidas que quieres andar sola.

—¿Cuándo será eso? —Preguntó con duda—. ¿Será pronto?

—No, aún falta mucho para que eso suceda. —Tomó la nariz de la pequeña entre sus dedos, ocasionando que ella frunza el ceño—. Seremos solo tú y yo por muchos años más ¿Estás bien con eso?

La niña asintió entusiasmada ante la idea.

—Es un excelente plan, tú y yo contra el mundo.

—Tú y yo contra el mundo. —Repitió esa frase y dejó un besito en su frente antes de que se pusiera de pie para que continuara con su desayuno.

Ambos caminaron por la acera hasta el jardín principal de la escuela donde se podía observar la cantidad de niños que entraban al lugar, algunos pataleando por no querer ingresar y otros que se acercaban con total confianza en compañía de las maestras.

Youngseo volvió a sentir miedo, incluso si el establecimiento tenía un aspecto acogedor, era la idea de no saber qué sucedería allá dentro lo que la aterraba.

De pie en su lugar, volteó a ver a su papá que ya estaba arrodillado frente a ella, tomando de su mano y dejando caricias sobre el pequeño dorso de esta.

Ese no era el plan | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora