La conocida campana del lugar sonó, dentro había un par de personas sentadas alrededor conversando entre ellas o siendo atendidas amablemente por Hyunjin, quien había ignorado por completo las nuevas presencias en el local.
Jisung analizó los detalles del nuevo lugar. La pintura blanca resaltaba y le daba un aspecto más amplio, las decoraciones iban desde marrón hasta crema, además de las típicas figuras o cuadros que acompañaban estos establecimientos. Le pareció bonito, un estilo sencillo, pero que al final del día te hacía sentir cómodo de estar ahí y si tuviera que destacar algo sería el maravilloso olor de los postres recién horneados que predominaba en el aire. No sabía que sería, solo sabía que comenzaba a darle hambre únicamente por el aroma del ambiente.
Casi de manera imperceptible sintió su cintura ser nuevamente rodeada por Minho para apegarlo hacia su cuerpo, debido a que una pareja deseaba salir del lugar y por estar distraído estaba impidiéndoles el paso.
Solo lo miró de reojo ante ese sorpresivo acto y notó de cerca la sonrisa que les dirigía a las otras dos personas en forma de disculpa. ¿Como es que, incluso de perfil, seguía luciéndose tan bien? Era injusto que Minho fuera tan atractivo, con esos ojos redondos coloreados de un bonito negro intenso, sus largas pestañas decorando su mirada. Bajando un poco más la mirada descubrió recién el pequeño lunar que tenía en la punta de la nariz y como sus labios lucían rositas por el humectante que se aplicaba y... ¿Qué estaba haciendo?
—¿Solecito?
Qué vergüenza.
Minho miró hacia Jisung y se sintió extrañado por su repentino silencio, como si hubiera empezado a disociar con la mirada justo en sus labios.
—¿Ocurre algo? —El agarre en la cintura del contrario había disminuido, pero no había terminado, lo que ocasionó en el interior de Jisung un extraño sentimiento incomodo que pasaba totalmente desapercibido para Minho.
—Ocurre que tengo hambre, me duele.
Jisung fue bueno fingiendo ignorancia. Se alejó del mayor para visualizar mejor el lugar fijándose en las pequeñas decoraciones que había por la barra, ocupado en fingir desconocer su propio sentir.
Youngseo también lo miró algo extrañada, mientras caminaba a su lado de la mano, volteando discretamente hacia atrás y notando a su papá con la misma clase de mirada puesta en Jisung. Algunos cables comenzaban a conectar en su pequeña cabecita.
En ese momento, Hyunjin se acercó hacia ellos para tomar su pedido al creer que se trataba de personas ajenas al lugar, sorprendiéndose una vez más en el día cuando reconoció a cierto peliazul sentado frente a la barra.
—¡Jisung!
No hace falta mencionar que eso dejó al menor confundido.
—Disculpa ¿Nos conocemos? —Lo miró curioso sin perder la cordialidad en su manera de hablar.
Minho, a tan solo unos centímetros detrás, le hacia una seña a Hyunjin para que se mantuviera en silencio, no tanto por Jisung, sino por Youngseo quien también estaba confundida por toda la interacción. Tristemente, Hyunjin no supo improvisar.
—Ese día en el club. —Respondió tratando de no dar mucha información al respecto frente a la niña.
—¿¡Yo estuve contigo en un club!? —El menor ahora estaba ligeramente exaltado al no recordar ese dato. ¿Qué carajos había hecho y por qué no lo recordaba?
—No, no, no de esa forma, me refiero al día que conociste a Minho. —Trató de arreglar el contexto.
—¿Mi papá y tú no se conocieron el día que me perdí? —Ahora Youngseo fue quién lucia más confundida a comparación de los otros tres presentes.
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Ese no era el plan | Minsung
FanfictionJisung ama la persona que es hoy en día y al mismo tiempo ama la idea de la persona en la que desea convertirse en un futuro próximo. Es por eso que a sus veinticuatro años seguía casi al pie de la letra un estructurado plan que había creado durante...