Epílogo

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(+9000 palabras)

Con la salida del sol, los rayos fácilmente se filtraron por una de las ventanas de la habitación, dando justo sobre el rostro de la jovencita.

Ella parpadeó seguido hasta acostumbrarse a la brillante luz y cuando observó su reloj en la mesa al lado de su cama, notó que eran las 8:45 de la mañana. Debía ser una clase de señal.

Se puso de pie y se estiró para liberar la pereza que aún la envolvía. Caminó hasta el baño de su habitación y mojó su rostro, luego tomó la toalla y comenzó a secar su rostro con leves toques. Cuando levantó la mirada se encontró con su reflejo y sonrió con confianza a la imagen que tenía en frente.

—Hoy va a ser un buen día. —Recordó.

El fuerte sonido de su alarma de las nueve se escuchó en la habitación, acompañado de un grito de reclamo por parte de su amiga, que se había quedado a dormir y tenía un pésimo humor por las mañanas.

—¡Youngseo, apaga tú alarma o yo misma la rompo!

Esa advertencia alarmó a la castaña, por lo que se apresuró en salir corriendo del baño y desactivar el aparato que aún sonaba. Ahí se encontró con el escenario de la pelinegra que frustrada cubría su rostro con una de las almohadas.

—Buenos días para ti también, Haneul.

—A veces olvido que tienes un horario de sueño ordenado. Que envidia.

Haneul se dejó ver. Tenía los ojos entrecerrados y aún parecía somnolienta.

Youngseo soltó una pequeña risa por ese drama y se dirigió hacia su tocador para comenzar a peinar su cabello.

—No es eso, es solo que tengo miedo de llegar tarde al aeropuerto. Hoy vuelve mi papá, te lo voy repitiendo desde ayer.

Haneul abrió los ojos por completo y se sentó en la cama. Se obligó a sí misma a poner todo su esfuerzo en disipar el sueño, pues recordó que hoy era un día importante para su mejor amiga.

—Es verdad. Un mes se ha pasado demasiado rápido. —Tuvo un extraño sentimiento cuando cayó en cuenta del tiempo que había transcurrido—. ¿Cómo te sientes con eso?

La castaña fue corriendo al lado de Haneul y se lanzó en la cama, en un acto dramático debido a su propio sentir.

—¡Lo extraño! Extraño que me lleve a la escuela, que me ayude a estudiar para las pruebas y que me vaya a buscar en las fiestas.

—¡Oye! Mi papá también te recoge de las fiestas.

—Y adoro a tu papá por eso, pero no es lo mismo. Mi papá y yo siempre reímos cuando chismeamos en el auto sobre todo lo que ocurre. Es algo nuestro. —Argumentó con frustración—. Imagina que mi tío Chris se va de viaje y ya no tienes con quién ir a los bolos cada jueves.

La pelinegra la miró con terror al pensar en esa posibilidad. Haneul sabía que no sobreviviría ni un día estando lejos de alguno de sus padres.

—Ya. Comprendí el punto. —Le sonrió con una fingida tranquilidad.

Youngseo sintió gracia de haber podido probar su punto de ese modo y lo notó en la vista perdida de su amiga. Ahora se preguntaba si la había traumado por ello.

Nuevamente se puso de pie y caminó hacia su armario para sacar el conjunto que había preparado con un día de anticipación. La falda blanca que le regaló su mamá hace unos días iría en compañía de su preciada blusa amarilla que usaba en ocasiones importantes.

Ese no era el plan | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora