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Hyunjin


Desperté dos horas antes de aterrizar y quedé un poco desconcertado por el sueño que tuve, y aunque no recuerdo con exactitud los detalles, no puedo ignorar el sentimiento de inquietud que dejó en mi. 

Para pasar el tiempo restante de vuelo decidí mirar por la ventanilla y me dediqué a mirar la noche estrellada. De un momento a otro recordé a mi mejor amigo y me pregunté qué estaría haciendo en estos momentos, chequé la hora de Corea y noté que eran las 7 de la mañana; yo solo espero que se haya levantado a tiempo y no se haya quedado toda la noche jugando videojuegos.

Siendo honesto, no recuerdo nada del trayecto del aeropuerto al hotel, solo sé que en cuanto toqué la cama del hotel me sumí en un sueño profundo.

A la mañana siguiente me desperté con un mundo de notificaciones de diferentes personas, todos preguntando sobre cómo había ido el viaje, los respondí y decidí salir a explorar la ciudad. El día de hoy sería mi día libre, ya que mañana sería la apertura de la exposición en la galería y al siguiente día regresaré a Corea; hoy es la única oportunidad que tengo de explorar un poco el lugar.

Me alisté para salir a desayunar a una cafetería que estaba cerca del hotel e iniciar mi recorrido de turista. Al entrar a la cafetería ordené un americano acompañado por un brownie, para poder sentirme como en casa. Por más que trate de sentir esa calidez de casa cada que viajo nunca lo logro, y siempre siento este raro vacío que no termino de comprender.

Mis planes para el día de hoy son prácticamente inexistentes, ya que en este tipo de casos me gusta dejarme llevar por el flujo de la ciudad y adaptarme lo mejor posible a ella. A veces esto me permite tomar una buena fuente de inspiración y eso me ayuda con mi creatividad para próximas pinturas, o incluso cuando me siento muy inspirado, llego a tomar algunas fotografías con la cámara fotográfica que mis padres me regalaron cuando cumplí los 17 años.

Terminé mi café y me dispuse a caminar por las calles londinenses y esperar a que la inspiración llegase. No tardó mucho en aparecer, ya que la ciudad es un lugar muy bello y es fácil poder apreciar la belleza que hay en la infraestructura del lugar. Tomé un par de fotos de los edificios que iba encontrando, y a veces de los paisajes y la vista de la vida local. 

Llegué a un parque no tan concurrido y decidí sentarme a hacer algunos sketches de personas que iba localizando con la mirada. Me gusta hacer eso, porque me gusta pensar en que cada persona tiene una historia particular para contar, y me intriga que muchas personas no llegan a contar sus historias por el miedo a qué dirán, o simplemente no se dan cuenta que tienen una historia que contar. El tiempo que estuve sentado observando y dibujando, pude encontrar a mi alrededor muchas parejas caminando, platicando, simplemente teniendo un momento agradable y de calidad.

De pronto me invadió este sentimiento abrumador, y me di cuenta que no he llegado a experimentar el amor verdadero, y no estoy diciendo que no haya tenido parejas antes, pero simplemente no puedo decir que he tenido la suerte de conectar con una persona tan profundamente que pueda decir que llegué a enamorarme. 

Recientemente empecé a salir con Jeongin; Felix se alegró por mí cuando le conté, creo que hasta cierto punto él se emocionó más que yo. Me dijo que esperaba que las cosas entre nosotros funcionaran, y que le hacía feliz que me animara a darle una oportunidad al menor. No me mal entiendan, yo estimo mucho a Jeongin y ciertamente lo quiero mucho, pero no sé si mis sentimientos puedan llegar a florecer y convertirse en algo más, creo que es cuestión de que el tiempo haga de las suyas.

Ya comenzaba a atardecer, y decidí que era buen momento para regresar al hotel, pero en el camino decidí que también era buen momento para comprarles souvenirs a mis amigos, porque al parecer todo mundo me ve como Santa Claus en navidad cada que salgo de viaje; siempre me piden que les traiga regalos, y honestamente no me molesta, solamente me gusta hacer drama por eso.

Fui recorriendo varias tiendas de souvenirs y los primeros tres regalos fueron los más sencillos de encontrar. Jisung tiene una obsesión con coleccionar platos decorativos de diferentes lugares del mundo, honestamente no entiendo la razón, pero de todos modos le compré su plato decorativo. A Jeongin le compré un globo de nieve con el Big Ben en él. Y a Chan le compré una —muy linda, diría yo— funda para su computadora, porque juro que uno de estos días la va a tirar y se va a arrepentir de no haberle comprado una funda antes.

El único regalo que me faltaba era el de Felix, y genuinamente no sabía qué llevarle. De todos mis viajes ya le he llevado todo tipo de cosas y no quiero repetir regalo. Salí de la tienda de regalos, y al otro lado de la avenida pude divisar una joyería y entré con la esperanza de encontrar algo bueno. Recorrí casi toda la tienda, y nada me convencía, no hasta que vi un pequeño letrero en el que se podía leer la inscripción "anillos a juego" y pensé que sería una buena idea darle una oportunidad.

Me acerqué al mostrador dónde se exhibían los anillos y me enamoré a primera vista de ellos. En cuanto a diseño no eran muy elaborados, pero me llamaron mucho la atención; cada juego de anillos estaba formado por un anillo blanco y un anillo negro, ambos muy sencillos, pero me recordaron el yin yang. Inmediatamente compré los pares de anillos, y al parecer estaba de suerte según el vendedor, porque eran los únicos anillos a juego que le quedaban de esa colección.

Salí de la tienda satisfecho, ya tenía el regalo de todos, incluyendo el de Yongbok. Me dirigí hacia el hotel, tomé una ducha corta y me dispuse a leer un poco de poesía. Después de un rato escribí en mi diario lo más significativo del día y terminé cayendo en un sueño profundo.

Los siguientes dos días se pasaron como agua. La apertura de la exposición de la galería fue todo un éxito; toda la gente quedó fascinada con todas las piezas exhibidas en la galería y muchas personas me contactaron para comprar algunos de mis cuadros, y con toda la pena del mundo les dije que yo no vendo mi arte a particulares. Me gusta que mi arte pueda ser accesado por todo tipo de público y quiero que toda la gente que se interese por el arte pueda ver las pinturas sin la necesidad de invertir miles o incluso millones de dólares para poder apreciar sólo un cuadro. Todo esto porque creo que el arte debería poder ser apreciado por todo a quién le interese y le apasione, sin importar su estatus social ni en cuánta posibilidad económica tenga para accesar a recursos artísticos.

Mientras estoy narrando esto estoy mirando el paisaje por la ventanilla del avión. Ya voy de regreso a Corea, y de regreso a mi hogar.


En caso de que algo me pase || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora