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Hyunjin


— Planeta tierra llamando a Hyunjin —mierda, divagué de nuevo— ¿te encuentras ahí?

— Ah, lo siento. No escuché tu pregunta, una disculpa.

— Está bien, no te mortifiques. Preguntaba sobre cuál es tu próximo destino.

— Oh, um... si mal no recuerdo la galería está ubicada en Londres, pero estoy seguro que el viaje será tedioso, lo cuál me recuerda que aún no he preparado mis maletas.

— ¡Londres! Nunca he estado en Londres —rio por lo bajo— estoy seguro que sería un buen acompañante. ¡Te prepararé brownies para que aceptes!

— Lix, me encantaría poder llevarte, pero el vuelo sale en unas horas, además, no serán tantos días. Solo estaré fuera el fin de semana, estaré de regreso antes de que notes que me fui. 

Pude notar cómo un pequeño puchero comenzó a emerger de la pecosa cara de mi mejor amigo. Aunque me cueste admitirlo, me gusta ver cómo hace berrinches cada que me voy de viaje y le recuerdo que no me puede acompañar; y no es porque no quiera, yo estaría encantado en que fuese mi acompañante, pero no creo que sea lo más sensato de hacer. No puedo hacer que Felix viaje conmigo cuándo él está en una relación con Changbin y yo estoy saliendo con Jeongin; no creo que sea lo más correcto.

— Pero la vez pasada dijiste que en el siguiente viaje podría acompañarte, ¡no es justo! —sus famosos ojos de perrito regañado hicieron presencia.

— Lix, prometo que será en el siguiente. 

— Ya no confío en tí, siempre dices eso y nunca termina siendo cierto.

— Pero ésta vez lo digo como promesa. No importa qué pase, en el siguiente viaje irás conmigo, te lo prometo.

Pude notar cómo sus ojos se iluminaron con un brillo especial que solo he podido presenciar cuando se le ve realmente feliz, como cuando se encuentra con Changbin, o cuando me da a probar una nueva receta de brownies; ese brillo que distingue tan bien a Yongbokkie.

— Ven, acompáñame a la cafetería antes que te vayas y me abandones todo el fin de semana. —soltó de repente en un tono dramático.

— Vamos, ¿pero no se supone que el del drama aquí soy yo? —su aperlada sonrisa volvió a asomarse.

Caminamos hasta su cafetería y me dió unos brownies para la buena suerte en el viaje. Le llamé a Jisung para que pasara por mí a la cafetería y me llevara a casa para poder arreglar mis cosas y dirigirme al aeropuerto. Jisung llegó al cabo de unos minutos y me despedí de mi pecoso amigo con un abrazo que duró más de lo normal, pero no le dí importancia y me retiré del lugar.

Al llegar a casa arreglé mis cosas lo más rápido que pude y para variar, Jisung ya estaba en la puerta del auto apurándome, porque el señorito tenía una cita con Minho y no quería llegar tarde, pero estaba siendo lo bastante considerado como para aún así llevarme al aeropuerto.

— Apúrate princeso, que no quiero llegar ni un segundo tarde a mi cita con Minho por tu culpa.

— Ay si, ¿de cuándo acá tan puntual? —solté quejandome— tú no conoces lo que es ser puntual, y honestamente no creo que lo conozcas el día de hoy.

— ¿Que un hombre no puede cambiar para bien? Me ofendes Hyunjin.

— Ya, ya, llévame al aeropuerto para que puedas comenzar a disfrutar de tu fin de semana sin este "princeso" que te ilumina la existencia.

— Para iluminadas de existencia está mi novio, pero muchas gracias por tu entusiasmo Jinnie. —reí ante su comentario.

Nos quedamos unos cuantos segundos en silencio y de repente lo recordé.

— Y ya sabes qué hacer en caso de que algo me pase. —miré lo más serio que pude a Jisung.

— Sí, sí, siempre me lo recuerdas y nunca te pasa nada, pero está bien. Ya vámonos ahora si.

Llegamos al aeropuerto, me despedí de Jisung y me quedé yo solito con mis maletas en ese inmenso aeropuerto, lleno de gente desconocida y de muchas historias sin contar. Siendo totalmente honesto, no soy muy fan de los aeropuertos, me trae recuerdos incómodos, pero supongo que no me queda de otra más que tragarme los traumas y seguir.

Terminé de hacer mi check-in y estoy esperando en la sala de espera a que salga mi vuelo. Como el buen adicto al café que soy, antes de instalarme cómodamente en una de las bancas de la sala, compré un café americano y de paso también me comí uno de los brownies de Felix que logré contrabandear de la seguridad del aeropuerto.

Ya al estar —no tan cómodamente— ubicado en una de las bancas de la sala, me dispuse a revisar los mensajes sin contestar que tenía, y me encontré con dos mensajes de Felix y uno de Jeongin. Decidí responder primero el de Jeongin, el cuál solo era un mensaje deseándome un buen viaje. Acto seguido abrí el chat de Felix para encontrarme una foto de él haciendo un puchero y un mensaje diciendo que apenas me fui y que ya me extrañaba.

Por más tonto que suene, me alegró el momento ver esa foto de Felix, y le respondí de inmediato con un "estaré de regreso antes de lo que piensas", y dudé en si poner un corazón acompañando la oración, pero decidí no hacerlo. Y no porque no lo quiera, después de todo es mi mejor amigo, lo estimo mucho; solo no quiero que se llegue a malinterpretar de cualquier manera.

Finalmente llegó el momento de abordar el avión, y para mi suerte me tocó en ventanilla, lo cual me dio una muy buena vista del paisaje y me ayudó a inspirarme un poco para dibujar un rato. Empezó a anochecer y decidí que era buen tiempo para disponerme a dormir, y —tal como era de esperarse— en instantes caí rendido en un sueño profundo, lo que no esperaba es que esa noche soñaría con el rostro más estrellado que mis ojos alguna vez hayan visto.

En caso de que algo me pase || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora