Si me das tu corazón

52.

POV BILLIE.

2 meses después.

La vida suele dar muchas vueltas.
La vida tiene momentos malos, momentos buenos.
La vida es una supervivencia en la que debemos aprender a sobrevivir sin ser devorados.

Cada persona tiene su historia, sus problemas, sus alegrías, sus batallas.
Unas sobrellevan todo solos, otros tienen ayuda.
Pero todos sufrimos de igual manera.

La vida es así y debemos aceptarla tal y cómo es.

Baje del coche para entrar a casa. Fue un día difícil.
Entrevistas, juntas y sobre todo la distancia de Regina.

Hace días que la siento tan distante de mí.
Me aterra saber que todo cambió de un momento a otro.
No soportaría perderla.

Abrí la puerta y entre a casa.

Esta vez Shark no corrió a recibirme ya que se encuentra en casa de mamá.

Deje las llaves en el mueble y fui directo a la cocina.

Al entrar al comedor mire la mesa.

Antes de salir guarde todo así que no fui yo quien dejó ese vaso y plato sobre la mesa.

Mi instinto se activo así que entre rápido a la cocina y agarre un sartén por si alguien mas esta en la casa.

Salí de nuevo y mire todo con atención.
Antes de subir el primer escalón las luces se apagaron.

Apreté fuerte el agarre del sartén.

Las luces volvieron a prenderse y un ladrido me hizo brincar.

-Mierda - me gire y mire a Shark caminar hacia mí con una rosa entre su boca.
-¿Qué carajo haces aquí si te deje en casa de mis padres?.

Se sentó frente a mi y lo mire.

Movió su cabeza y tomé la rosa entre sus manos.

-¿Quién te trajo aquí? - pregunté.

Obviamente no respondería, pero no tenía planeado que alguien mas lo hiciera.

-Fui yo quien lo trajo.

Me gire y mire a Regina salir del pasillo del baño de invitados.

Se acercó a mí y quito el sartén de mis manos.

-¿Planeabas golpearme con esto? - me mostró el sartén.
-A quien fuera que entre a mi casa.

Sonrió un poco y dejó el sarten en el mueble que estaba cerca.

-¿Qué haces aquí? - pregunté.
-Bueno quería darte una sorpresa.
-Claro que me diste una sorpresa y un tremendo susto - dije con los brazos cruzados me sentía molesta.

Ella estaba ignorando me por días.

-Lo siento pero no sabía cómo iniciar la sorpresa.
-Pues menuda manera.
-Lo siento amor pero se que siempre dejas limpio antes de salir, mi intención no era asustarte solo quería que te dieras cuenta que algo andaba mal.
-Eres una idiota.

Se acercó y abrazo mi cintura.

-Pensé que tu reacción sería diferente - la mire de manera seria - Parece que no te alegra que este aquí.
-Estoy molesta contigo.
-Lo siento si te asuste.
-No es por eso.
-¿Entonces? - me libre de su agarre y me aleje de ella.
-Has estado ignorando mis llamadas y sólo contestas un mensaje de los veinte que mando. Y ahora llegas aquí como si nada pasará.

Escuche su pequeña risa.

-No es gracioso.

Me giro y la mire de nuevo.