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POV BILLIE.

-Mierda a que maldita hora va a venir el doctor - dijo molesta.
-Dijo que hasta que la dilatación sea....
-Necesito que venga me duele muchísimo más que hace un hora.
-Iré a buscarlo.

Solté la mano, antes de caminar el doctor entró.

-¿Cada cuánto?.
-Muy constantes - dije ya que ella no puede hablar.
-Dejame revisar.

Mire a mi pequeña sufrir. Quiero que ya acabe su dolor.

-Es hora - mi corazón se aceleró - En unos instantes vendrán por ella.

Asentí.

-No te vayas de mi lado por favor - negué - Te necesito.
-No me alejare.

El doctor salió y nos quedamos solas.

-Aguanta un poco más cariño.

Asintió.

La puerta se abrió y entraron dos enfermeras.

-Mi compañera la llevará a colocarse el traje.
-No te vayas.
-Estaré allí contigo lo prometo.

Salí de la habitación y seguí a la enfermera.

Al caminar al pasillo mire a todos.

-Va a nacer ahora - todos sonrieron.
-Suerte - asentí y seguí caminando.

Me guiaron por un pasillo, la enfermera entro por una puerta, la seguí y mire un cuarto con muchos closets.

-El traje - me entregó un traje doblado perfectamente.
-Gracias.

Comenze a colocarme el traje.

-Tomé - me dio un cubrebocas.

Me lo coloque y salimos de la habitación.

La seguí y entramos a la sala de partos.

Mire a Regina ya preparada.

-Estoy aquí amor - me acerque y agarre su mano - Todo va a salir bien.

Sus mejillas rojas demostraban cuanto estaba sufriendo.

-Vamos a conocer a nuestro pequeño - Sonreí.
-Ya vamos a conocerlo - deje un beso en su frente y la mire - Te amo.

Hizo una mueca.

-Vamos a comenzar - el doctor habló.
-¿Estás lista? - pregunté.
-Si.

Apretó mi mano y me queje un poco por el dolor.

-Lo siento - susurro.
-Esta bien no te preocupes.

La mire con tanto cariño. Gracias a ella vamos a conocer a nuestro pequeño.

-Cuando te diga que pujes hazlo - la mire - Puja.

Ella tomó fuerza y lo hizo.

Sus pequeños gritos me estaban preocupando.

-Hazlo de nuevo.
-¡Mierda! - apretó la camilla con fuerza. - ¡Ahhhhh!.
-Tu puedes cariño - la animé.
-Vamos otra vez.

Obedeció.

Su cara ya estaba muy roja, sudada, demostrando su enorme esfuerzo.

-Ya veo la cabeza - mi corazón comenzó a latir con fuerza.
-Vamos una vez más.

Todo fue tan lento para mi.

Ella haciendo esfuerzo mientras el doctor la ánima.

Mi corazón se detuvo cuando escuché un pequeño lloriqueo.

Si me das tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora