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POV REGINA.

Y llegó el día que menos quería. Hoy Nat se va a Italia.

Dios no pensé que me dolería tanto verla partir.

Ella no ha dejado de abrazarme desde que llegue a su casa para ir al aeropuerto.

Y no me quejó, no se hasta cuando vuelva abrazarla.

Sus papás se ven serenos pero se que también la hecharan de menos.

La voy a extrañar más de lo que imagine. Ella ha sido mi mejor compañía por estos años y ahora saber que ella estará hasta el otro lado del mundo me deprime, realmente lo hace.

Baje la mirada y la mire, voy extrañar su risa y sus consejos.

-Odio dover andarmene (odio tener que irme) - susurro.
- Todo va a estar bien.
-Voy a empezar de cero y no vas a estar para hacerme compañía - sentí mi corazón arrugarse ante sus palabras.
-Estaré en tu corazón siempre, jamás me iré - le señale el anillo - ¿Recuerdas?.
-Jamás se me olvidará.
-Vamos a superar esto, cuando menos lo veas vamos a estar juntas de nuevo mientras nos reímos de alguna tontería y nos abrazamos.

Ella suspiro y me abrazo con fuerza.

-Voy a extrañarte como no tienes idea.
-Al igual que yo.
-Dios por favor nadie murió aquí - Dante dijo y juro que quería estrellar su cabeza contra el vidrio de la ventana.
-No seas insensible Dante - su padre lo regaño.
-Solo se va a ir a estudiar no es como si se muriera.
-Dante... - su mamá lo miró.
-Dejalo mamá, es obvio que el no sabe lo que es dejar a una persona importante, el jamás va a ir a otro lugar y además el no tiene amigos - Nat dijo y trate de no reírme.
-Callate Natalia.
-Yo sólo dije que  eres insensible porque no sabes lo que se siente tener amigos de verdad.
-Tengo amigos de verdad.
-¿Lo que solo te llaman para ir a fiestas?.
-No sólo me llaman para eso.
-Como digas, tú jamás vas a tener a una Regina en tu vida y creeme que tu vida será miserable.
-No quiero a una "Regina" en mi vida. No quiero parecer tan patético como ustedes dos juntas.
-Patético tu pene piccolo.
-Natalia. - su padre la regaño.
-Dile que dejé de molestar

Negué y susurre para ella.

-Pene pequeño ¿en cerio? - dije y ella asintió.
-Estoy segura que es igual de pequeño que su mente - sin poder evitarlo solté una pequeña carcajada.
-Voy a extrañar tus locuras - le dije.
-Y yo las tuyas.

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-Tienes que irte o vas a perder el vuelo - le dije ya que no deja de abrazarme y ya debería estar adentro.
-Es difícil más de lo que pensé.
-Se lo que estas sintiendo pero no podemos hacerlo más difícil.

Me miró y sentí mis ojos llenarse de lágrimas al ver su cara triste.

-No llores Nat prometo que todos los días vamos hablar, no vamos a perder el contacto, no vamos a perdernos.
-¿Lo prometes?.
-Lo prometo.

Ella volvió abrazarme.

Dios me está costando tanto dejarla  ir.

-Cuidate por favor.
-Tu también.
-Te quiero.
-Yo también te quiero y mucho.
-Hija creo que ya debes entrar.

Ella asintió y me abrazo con fuerza.

-Cuidate mucho y no olvides que te amo.
-Yo también te amo, ahora ve y enséñale a esos italianos que eres mejor que ellos.

Se separó del abrazo y me miró.

-Regresaré pronto.
-Lo se y yo estaré aquí esperándote.
-Te amo.
-Yo también.

Si me das tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora