(continuación del capítulo anterior)
Después de dejar Berlín fuimos a Londres, y luego estuvimos viajando en el bus hasta Manchester.
Eran las seis de la tarde y yo estaba sola en nuestra pequeña "sala" en el bus; usualmente me la pasaba sola a esas horas, porque tenía otro horario de sueño y esas cosas; en cambio, ellos preferían aprovechar esos momentos para descansar porque…vamos, ya no tenían veinte años.
Ya había bebido un té de sobre, leído algunas noticias y ahora estaba debatiéndome entre ver una película —a volumen bajo, obvio— o algo así, o… pasar un rato con mi querido bajo. Me decidí por lo último.
Mi bajo era especial para mí, no me había separado de él desde la adolescencia. Tenía muchos recuerdos y sentimientos puestos en él; casi era como un mejor amigo… una extensión de mí misma.
Repasaba algunas canciones con mi bajo en el regazo cuando sentí unos pasos suaves acercarse. Me giré de inmediato y lo ví.
— Hola, lo siento —me dijo Daniel en voz baja acercándose a mí.
Me dí cuenta que traía puesta una especie de pijama, oculta tras una de sus insusuales sudaderas. Me fijé en sus zapatos… Mocasines azules.
Ya lo había visto antes con una sudadera, pero era algo que ocurría cada mil años, simplemente no era muy común verlo así. Su vida estaba plagada de conjuntos de trajes, camisas y vestimentas sencillas pero pulcras; muy rara vez lo hallabas con una camiseta o con algo demasiado casual. Creo que una vez en la vida usó un par de Jeans y eso fue noticia de tabloide en el NME. Él aseguraba que sí usaba pantalones cortos…en la playa.
— Traes una sudadera —le observé entonces casi susurrando.
Él se quedó parado a mi lado y dibujó una sonrisa extendiendo sus brazos graciosamente hacia mí.
— Y tú también —me señaló.
Miré mi sudadera. Bueno, ambas eran azules o algo así, supongo que fue una coincidencia extraña.
— ¿Te molesto si me siento a tu lado? —me preguntó él ya rozando una rodilla contra el sillón.
— Para nada —le respondí con una sonrisa haciéndole campo.
Él se acomodó en el sillón muy cerca mío y ahí estaban…esas bobas mariposas revoleteando por doquier. Nunca podía llegar contarlas, pero sabía que eran muchas.
— ¿Estabas durmiendo? —le pregunté señalando su pantalón de algodón.
— Oh, no quería me vieras así…
— Por eso el suéter…
— En realidad aún no estoy listo para que me veas en camiseta…
— ¿No quieres que descubra el secreto de tus brazos?
— Trato de no verme muy desaliñado para…
— ¿Hmm?
Se rió con una risa breve y tierna— …Para tí —y me miró aún sonriendo.
Ahí estaba, mi insuficiencia cardio-respiratoria otra vez.
No me daba cuenta, pero también lo estaba mirando. Sí, ambos nos mirábamos perdidamente con la cabeza rendida contra el respaldar del sillón.
Casi podía sospechar que su mano estaba buscando la mía, quería que la tomara como aquel día en la cafetería. Lo sabía.
Un roce en mi dorso, ese pequeño toque frío de su anillo en el dedo meñique, y ahí estaba, esa era su petición; sonreí y tomé su mano con cuidado, porque… él era especial para mí.
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𝙈𝙮 𝘿𝙚𝙨𝙞𝙧𝙚: Daniel Kessler y tú
FanfictionDiosito no permitas que el verdadero Daniel Kessler encuentre esto :'u Un fic tipo Reader/Personaje en el cual me abstuve genialmente de usar los famosos "___(rayita)" y "T/N". ••• Durante la gira promocional de El Pintor, tú fuiste la bajista de pr...