"I'm with the Skater Boy" (and now he's a super star)

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Primera mitad del 2015

Entonces éramos los dos, Dan y yo, en todas partes. En el bus, en el avión, el los festivales, en los hoteles, en la camioneta, en las calles… estábamos juntos, uno al lado del otro, hablando de cualquier cosa, riéndonos de nuestras ocurrencias, entre caricias, besos y gestos inconscientes de afecto.

Ya para ese entonces todos sabían de nosotros, y en realidad yo no quería saber lo que decían al respecto; seguramente era una locura. A veces los comentarios en las fotos que la banda subía a sus redes sociales pasaban por mis ojos y entonces sabía la controversia que nuestra relación había generado. Ah, sí, dije relación, claro… Asumimos eso con un poco más de formalidad cuando el hermano de Daniel lo llamó para confirmar la situación en la que nos encontrábamos y si sabía lo que estaba haciendo.

Daniel se puso firme con esto. Entonces recordé lo que Sam dijo, que él sabía lo que hacía y que era lo suficiente consciente de sus acciones y…de las consecuencias. Sabiendo eso, no lo dejé solo y me cargué la situación también a los hombros. Mis padres estaban preocupados, ellos no estaban seguros de lo que sucedía y veían con desconfianza a Daniel y en general a todo… aquello, todo aquello en lo que me encontraba —en lo que me había metido. 

No entendía qué estaba mal o qué era lo extraño ¿Era porque esto sucedió mientras estábamos…de gira? Que tal vez, si yo no fuera la bajista que había llegado para tocar con ellos, si fuera en otra situación externa, si Daniel me hubiera conocido en otras circunstancias…
Aún así, esto no era tan grave, sólo era… Algo que daba de hablar.

Sin embargo, con el pasar de los días, él y yo, llegamos a un punto en el que prácticamente ya no nos importaba lo que los demás dijeran. Cumplíamos nuestro trabajo en el escenario y él con la banda como siempre lo había hecho, y además tratabamos de no andar exponiendo ante todos nuestra relación, ya que no había necesidad de ello, habíamos acordado que era algo nuestro y se tendría que quedar en nuestros momentos a solas. Aún así, sí se nos salía de las manos en algún momento y, juro que no sabía cómo, siempre había alguien ahí para fotografiarnos y exponernos al mundo entero; pero, eso tampoco era tan malo, porque… joder, salíamos muy bien en las fotos.

Estábamos en el festival de Coachella. Interpol había terminado su presentación y yo aún estaba con el solo de Slow Hands resonando en mi cabeza una y otra vez mientras caminaba equilibrandome sobre el cordón de una acera dentro del festival a puro juego, casi doy un mal paso y me caigo cuando Dan sostuvo mi mano.

— Hey, casi te caes.

Lo miré aún absorta en mis pensamientos— Lo que tocamos no se me sale de la cabeza y además siento que todos los sonidos aquí van… metiéndose por mis oídos hasta mi cerebro y ¡Cabum! Explota.

Él sonrió y tomó mis dos manos—Es por tu oído, tu sentido auditivo, está muy desarrollado, creo que eso puede llegar a ser molesto a veces.

Le devolví una sonrisa de lado y solté mis manos de las suyas para rodearle el cuello.

— Oye, Danny…

— ¿Sí, cariño?

— ¿Siempre eres tan dolorosamente comprensivo?

— ¿Por qué dolorosamente? —rió acariciándome suavemente los brazos.

— Porque calas hasta el alma —le dije exagerando el tono dramático de mi voz.

Él rió aún más— Qué exagerada — y me tomó por la cintura alzandome un poco del suelo.

𝙈𝙮 𝘿𝙚𝙨𝙞𝙧𝙚: Daniel Kessler y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora