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Mi abuela solía decirme que la oscuridad nunca debía ser el enemigo. Una vez que dejará de tener miedo a no ver nada podría enfrentarme a mis propios demonios. Era demasiado pequeña para entender esas palabras, pero ahora he llegado un punto que lo entiendo.

Siento como si mi cuerpo se balanceara sobre una ola enorme que nunca termina. No tengo control ninguno sobre él pero no tengo miedo, estoy tan cómoda flotando que me olvido del resto.

-Freya- Una voz muy lejana comienza a llamar mi nombre. Pero la ignoró, no quiero que me despierten, estoy tan cómoda que podría...

-¡Freya Williams!- Saltó de golpe al escuchar la voz tan cerca. -¡Prepárese, estamos a punto de llegar!- Confundida miro a mi alrededor.

Estoy en un autobús, sentada al lado del mismo chico que me pegó contra el cristal pero esta vez él está durmiendo.

Las ventanas sucias no dejan ver mucho del camino pero distingo en mitad de un prado un edificio enorme, demasiado moderno. Tiene cristales gigantes que dejan pasar toda la claridad a su interior, y coches que parecen del futuro aparcados por fuera de este. ¿Tanto ha avanzado la tecnología? No tienen ni ruedas.

Es la primera vez en años que estoy por fuera del centro. Por extraño que parezca siento como el aire se respira distinto.

-Es la base.- El chico de al lado mío se reincorpora. -Perdón por lo del cristal, llevaba un mal día y...- No dejo que termine la frase cuando mi puño está siendo impactado contra su mejilla. Nunca he pegado a alguien por eso creo que me hice más daño yo, pero aun así evito que vea que me duele.

-No me vuelvas a tocar, nunca.- Me impresiona lo decidida que lo digo, hasta el se ve impresionado. Al estar más cerca de él puedo contemplar su físico de mejor manera, aunque me cueste admitirlo es algo atractivo. Sus labios gruesos compaginan con sus ojos verdes oscuros. No puedo evitar fijarme también en su pelo hecho un alboroto, seguramente por culpa de estar apoyado en el cristal.

-Joder, mira con la nueva.- Otra voz detrás de nosotros aparece. Seguido de ese comentario una cabeza aparece entre los asientos, dejando ver al mismo chico que estaba en mi habitación desnudo.

-Pero si eres la conejita.- Afirma riendo. -Un placer, soy Nico.- Tiene una sonrisa bonita. -No te dejes intimidar por Benny, aunque creo que lo tienes controlado.- Me guiña un ojo, haciendo que me fije en el color de ellos, son marrones pero juraría que algo amarillos.

-¡Hemos llegado!-

Mis pies tocan el frío césped al bajarnos del autobús, es igual al frío aire que golpea mi rostro. Me había olvidado por completo lo que era estar por fuera, la sensación de libertad que produce aunque sean unos minutos.

-¡Bienvenidos!-Un señor de pequeña estatura aparece enfrente de nosotros.- Estoy viendo caras conocidas y algunas no tanto. Para quien no lo sepa, soy Jonathan. El director de "Nuevo Vivir" Pero pueden llamarme Director.

Juego de títeres -Cleo SkylionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora