I hope I die first

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Jeno... Jeno-ya...ve... es Jeno... es él

Aquella voz seguía susurrando, con un tono dulce pero preocupado, con ciertas pausas pero persistente en cada sueño que tenía y precisamente cuando lograba abrazar a morfeo, porque desde hace semanas de lo ocurrido; parecía que Jeno se había llevado consigo su tranquilidad para dormir y la prueba estaba en que no dejaba de escuchar su nombre apenas cerraba los ojos.

Dejó salir un gruñido entre el sueño y abrió los ojos fugazmente al sentir como el pecho se le oprimía. Se sentó sobre el colchón y trató de regular su respiración, estaba sudando y tenía lágrimas secas sobre sus mejillas.

Era de más mencionar que estaba viviendo un infierno encerrado en su habitación con la condena más cara que pudo darse el mismo... dejarse ir y perder el control de su cuerpo. Ya no pensaba en nada más, estaba cansado sin hacer nada, sin apetito, sin querer moverse, sin querer abrir los ojos... le costaba respirar cada vez más. Su cuerpo se estaba rindiendo y su mente lo estaba permitiendo.

Para él, Jeno había sido su soporte emocional y físico durante los últimos años, no exageraba cuando deseaba con todo su corazón que fuera él quien muriera primero antes de poder vivir sin el pelinegro; pero la vida lo dejó en la tierra siendo el del corazón roto y el de mente débil como para terminar consigo mismo, porque la muerte lenta era la mejor opción en este momento.

Por supuesto que estaba molesto, enfurecido de que le mintiera pero no se comparaba con el dolor del corazón, nada se comparaba con haberlo perdido de esa manera, de tener las agallas para dejarlo en aquel bar sin más mientras el mundo se le caía en pedazos. Sin embargo, lo extrañaba, anhelaba tanto siquiera verlo de lejos, saber que tan solo respiraba, algo con lo que pudiera sentir más que solo tristeza o soledad, porque solo él lo hacía sentir.

Los golpes de la puerta principal lo devolvieron a su dimension, sabia que era Jisung o Chenle que venian con Lia a trabajar sobre sus disfraces pero dentro de sí deseaba que fuera él, queria verlo con sus jeans negros, hoddies y su sonrisa adornando el rostro... solo para darle una puñalada más al corazón pero que le hiciera sentir, que le inyectara serotonina.

Las lágrimas que estaban secas volvieron a ser húmedas cuando aquella idea se apoderó de sí y sollozo en silencio como si fuera la primera vez que lo hacía pero ya simplemente era parte de su rutina.

Cierta inquietud que aceleró a su corazón lo hizo pararse de la cama secándose las lágrimas y haciendo su cabello para atrás que con los días se volvía más largo.

No sabia que era pero tenía la necesidad de preguntarles por él.

Quien había tocado al pequeño departamento había sido Jisung; trayendo consigo las mismas ojeras negras debajo de sus ojos, los labios partidos y el penetrante olor a tabaco que se podía distinguir desde detrás de la puerta. A pesar de que Chenle sabía que era él, lo confirmó por su distintivo aroma antes de abrirle.

Sus ojos se vieron como por obligación a penas un segundo y el pelirosa le dejó la puerta abierta siguiendo su propio camino al cuarto/taller de la fémina responsable de que se siguieran viendo. Bueno o malo pero sería el último día, por la noche era la presentación en la facultad de Lia.

El chino tampoco se salvó de ser arrastrado a una depresión silenciosa, mentiría si dijera que estaba bien porque lo aparentaba pero solo él sabía lo difícil que era olvidarse de que se enamoró de un coreano que ni siquiera sabe lo que significa esa palabra y lo sabía bien porque no era la primera vez.

Su dieta de comida chatarra volvió y simplemente dormía largas siestas para no pensar. Se debatía en querer quedarse en la cueva y en el país porque era muy tonto pero dentro de si sabía que volver a China sería peor de a cómo salió de ahí.

Strawberries and Cigarettes [JICHEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora