Strawberries and Cigarettes [JICHEN]

The only exception

A pesar de que sus heridas, fracturas y demás problemas que se le desarrollaron tras ser abatido; su recuperación pasó de tener pocas esperanzas a un milagro progresivo con los días.

Era tan sencillo para él comprender que lo único que necesitaba para sanar era ver a Renjun, a su lindo chino con facciones de zorro. Tan vano como eso, pero tan poco probable y creíble para los que se paseaban a su alrededor.

Desde que le retiraron el oxígeno, imploró a cualquier enfermera o doctor que lo revisaba, que le pidieran a Renjun que fuera en las visitas. El equipo medio se cansó de repetirle que su custodia dentro del hospital había sido cedida a Park Jisung y era ahora él quien autorizaba sus visitas. Cosa que no sucedió porque el hacker se negó a verlo, no hasta que tuviera una recuperación completa; solo así lo enfrentaría y mientras no pensaba cruzar palabra con él dentro del hospital.

Jeno sabía que a pesar de ser rescatado por su antiguo equipo, todo seguía igual desde la última vez que se vieron. Todos lo detestaban, no sabía cuanto pudieron investigar los hackers y el Chino aún estaba dolido por su traición.

Estaba desesperado, quería salir de una vez de esas cuatro paredes y enfrentar sus problemas. Salvar a sus amigos de sus propios líos y esperar que no haya sido demasiado tarde.

Estaba consciente de todo, lo que hizo y no hizo; de mentirle al amor de su vida, de meter a más personas en su propia venganza y de los embrollos ilícitos que ahora le perseguían. Era una tormenta de todos los días tener que lamentarse y no tener como solución salir de su vida como delincuente, por qué eso era.

Necesitaba aquel calor y cariño puro del castaño con bonita voz, que le dijera que todo iba salir bien, que estaría a su lado y volviera a  reclamarlo como suyo.  Era su única salvación.

Jaemin se lo había dicho en sus sueños, cuando lograba conciliarlo tranquilamente. Le sonrió y consoló acariciandole el cabello como siempre lo hacía. "Renjun te salvo" se lo repitió lo más que su sueño le permitió escuchar y su corazón se llenó de esperanza.

Muy poco lograba verlo en sus sueños, hacia tanto tiempo de la última vez.

Viendo al techo blanco y volviendo a vivir aquel sueño en su mente, una lágrima se derramó y su pecho se elevó para soltar un gran suspiro. Necesitaba ver a Renjun.

[..]

Era irónico como su cuerpo siempre estaba cansado desde casi dos semanas atrás. No salía en realidad, a veces visitaba a Lia y Renjun, pero nada más. Desde que consiguió un departamento medianamente decente y de contrabando; su rutina se resumía ahí.

Hacia los quehaceres debidos, barrer, trapear; limpieza general, aprovechaba y ahora si por fin podía cocinar, cosa que le gustaba mucho. También hacía pequeños trabajos a distancia con el nuevo set up que compró, se teñía el cabello, jugaba lol, ah si, también cogia con su novio quien parecía haberse mudado con el.

Su historia juntos había sido caótica, probar un poco de libertad y sobretodo privacidad les permitió desatarse un poco o un mucho.

Estaban en sus veintes, tener la oportunidad de hacerlo en un pequeño departamento cuando las hormonas masculinas se encendían con solo verse era ya un hobby placentero.

En la cama, en la ducha, en el comedor, la sala, el lavatrastes, el baño, suelo, escritorio, silla... el lugar menos posible que alguien pueda imaginar para tener sexo, ellos ya lo habian probado. De día, de noche, a medio día, de madrugada, a cualquier hora.

Jisung muy pocas veces dormía en su casa y cada día que pasaba había más prendas suyas compartiendo espacio con las de Chenle o él mismo vistiéndolas.