Capítulo 4

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𝙳𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚘́𝚗

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Estaba decidida, les diría que me entrenaran

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Estaba decidida, les diría que me entrenaran. Pero, ¿y si no quieren? Eso daba vueltas por toda mi cabeza haciendo que un ligero dolor apareciera en ella. Me acerqué a Rindou, ya que Ran había salido a comprar unas cosas. Me senté a su lado y él levantó una ceja esperando mi pregunta, algo que me gusta de él es que sabe que voy a hacer por lo gestos que hago, me parece fascinante.

— Quiero hacerte una pregunta —hablé al fin.

— Dime —se colocó sus gafas y me miró atento.

— Bueno, es más una petición, espero y no te moleste, no lo hago con esa intención —las palabras salían solas de mi boca, estaba tan nerviosa.

— Riley, puedes decirme lo que quieras, te voy a escuchar.

— Quiero que... que me entrenes o enseñes lo que sabes de peleas —cerré los ojos, no quería ver su reacción. Escuché como se reía y luego acariciaba mi cabeza con su mano, haciendo que abra mis ojos.

— Creía que era algo malo, tonta, no me asustes de esa forma. Claro que te enseñaré, quiero que puedas salir y no estar preocupado por ti todo ese tiempo.

— No te lo había dicho antes porque se que no te gusta perder tiempo —confesé.

— Tu nunca serías una pérdida de tiempo —dijo para levantarse del sillón y mirarme—. Sígueme —me levanté y caminé a su lado. Bajamos unas escaleras y ahí había un gimnasio un poco raro, la mayoría estaba vacío—. Aquí podrás entrenar músculo y cuanto tengas la fuerza suficiente pelearás contra nosotros, los cuales seremos tus profesores. 

— ¿Cuándo puedo empezar?

— Cuando tu quieras, pero necesitarás ropa deportiva. Vístete saldremos de compras. 

Estaba en la habitación cambiándome de ropa, no tenía mucha. Hace unos días fuimos a mi casa a por algo de ropa entre otras cosas. Me vestí y salí, vi a Rindou esperándome en la puerta. 

— ¿Ran tardará mucho? —pregunté un poco preocupada.

— El estará bien, ya le he llamado y dice que no pasara nada.

Asentí. Salimos de la casa y nos subimos en la moto de Rindou, lo agarré de la cintura y fuimos a algún centro comercial cercano. Al llegar, entramos en varias tiendas y compramos algo de ropa, camisetas, pantalones y sobre todo ropa interior. Acabamos con las compras y tenía hambre, miré a Rindou y este levantó una ceja.

— Rindou...

— ¿Qué quieres?

— ¿Podemos ir a por un helado? —pregunté mientras abrazaba su brazo, el cual se notaba trabajado.

𝕰𝖓 𝕽𝖔𝖕𝖕𝖔𝖓𝖌𝖎 ~𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙤𝙨 𝙃𝙖𝙞𝙩𝙖𝙣𝙞 𝙭 𝙊𝘾~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora