Esa noche vosotros salvasteis mi vida, no sé cómo agradeceros eso. Ran, Rindou, gracias por aparecer esa trágica noche.
📍FICCION📍
No acepto copias o adaptaciones. Este es mi trabajo y mi esfuerzo. Quién no cumpla con lo anterior será denunciado.
A...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron tres días desde nuestra reconciliación. En ellos no había pasado nada importante. Casi siempre estaba sola en casa, ellos salían a pelear constantemente y yo no quiero hacerlo todos los días. Simplemente me parece un desperdicio de tiempo, aunque no digo que no me guste. Cuando salgo es porque esas personas se lo merecen, no pegar por pegar. Es innecesario a mi parecer.
Daba vueltas por esa gran casa. Estaba vacía, pero con la mayoría de las luces encendidas. Soy bastante miedosa a la oscuridad. Puede ser a mi trauma de hace años, o simplemente me recuerdan a mi "padre".
Cuando era pequeña, las luces de mi casa estaban apagadas, a ese señor le molestaba bastante la luz. Por lo que mamá siempre trataba de apagarlas y no hacer mucho ruido por miedo. El veía una luz y preguntaba quién la había encendido, mamá siempre me protegía.
Mi imagen actual de mi madre es como si fuera una heroína. Ella me salvó muchas veces del maltrato físico y mental de ese señor. Decía que era ella para que a mi no me golpeara, normalmente lo hacía pero mamá se ponía delante recibiendo los golpes.
Siempre he vivido con miedo. Y más cuando me llamaron diciendo que salió de la cárcel. No me gusta estar sola, pero tengo que saber que no puedo estar acompañada siempre.
Aún recuerdo el día que mataron a mi madre. Como ese señor nos hizo todo eso por ir al parque que estaba al lado de casa.
Volvía junto con mamá. Me lo había pasado muy bien, he conocido a unos niños pero no se como se llaman. Solo se que estaban solos en el parque.
Entramos a casa y papá estaba esperándonos. Miré a mamá y ella estaba paralizada. Luego miré a papá y estaba enfadado. Solté la mano de mamá y corrí hasta papá para contarle lo que habíamos hecho hoy. Pero, este me empujó y caí al suelo. Hice un puchero y miré mi brazo, tenía una herida, la sangre comenzó a salir.
Mamá intentó acercarse pero papá la agarró de un brazo y le dio un golpe en la cara. Pegué un salto, me había asustado. Mis ojos se pusieron llorosos. Quiero proteger a mamá. Me levanté y corrí hasta ellos.
— ¡Deja a mamá! ¡Eres malo! —le grité agarrándole de la pierna, intentando separarle de mamá.
Papá me agarró del pelo, y me tiró al suelo para después golpearme en el pecho, dejándome sin aire por unos minutos. Cuando me sentí mejor me arrastré hasta mamá. Ella estaba con los ojos cerrados, la abrecé y lloré. La intentaba despertar y lo conseguí, pero ella no podía moverse.
— Cariño —me llamó. Mis ojos se abrieron al ver a papá caminar hasta nosotras con un chuchillo en la mano— Corre y vete lejos. Que él nunca te encuentre.
