capitulo 22 🤍

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Rompe la luz donde ningún sol brilla; donde ningún mar corre, las aguas del corazón empujan con sus mareas.

DYLAN THOMAS


Al principio creo que el color rojizo del agua es un truco a causa de la luz. Empujamos juntos el kayak cuando el sol está a punto de desaparecer en
el horizonte, dejando atrás un cielo anaranjado que rápidamente se desvanece para dejar paso a un
color azul. El aire aún es cálido, y la superficie del agua está tan tranquila que parece más un lago que un océano.

—Oh —susurro mientras ayudo a Yibo a empujar el kayak en el agua, que le llega hasta las rodillas—. Está tan bonito esta noche...

Yibo mantiene la vista en el horizonte. —Podría verlo todos los días y nunca me
cansaría.

—Yo también —digo.

«Así», pienso. Aquí, con los dedos de los
pies hundidos en la arena, el agua formando remolinos fríos y suaves alrededor de mis piernas.

«Contigo...», pienso. —¿Listo? —dice Yibo, sosteniendo el kayak con firmeza para que yo entre en él. Doy un paso hacia dentro, y Yibo lo hace un
segundo más tarde. Nos acomodamos y hundimos los remos en el agua, oscura. Lo hacemos con facilidad sobre una pequeña ola y luego otra. Miro
el remo mientras empuja sobre la superficie, dejando pequeños remolinos del color del óxido.

—¿Por qué el agua se ve así? —pregunto.

—Es una marea roja —responde Yibo.

—¿Una marea roja? —Miro abajo de nuevo, sin que me haya gustado cómo suena, sobre todo después de que dejara que me convenciera de remar hasta el muelle en la oscuridad, para ver los fuegos artificiales desde el agua. Me vuelvo para verlo—. Me da miedo preguntar qué es.

—No es nada de lo que haya que espantarse.
Se debe a un tipo especial de alga que florece de pronto, por toda la costa. Es maravilloso cuando sucede.

—¿De veras? —Mantengo la vista sobre el agua mientras nos deslizamos lentamente por encima de ella. Parece más sucia que maravillosa.

—Sí. Es cosa del azar... En realidad nadie puede predecirla o controlarla, supongo, porque nadie realmente sabe siquiera qué la causa, pero
de noche...

Se queda callado y, cuando me doy la vuelta, su cara está iluminada de una manera que se ha vuelto familiar para mí. Me hace sonreír.

—¿De noche qué? —pregunto.

Mira el agua, como si se estuviera debatiendo por decidir si debe contestar o no; luego me lanza una sonrisa y dice: —Sólo espera. Ya verás. —Ahora realmente me da miedo preguntar.

Yibo se ríe.

—No hay nada que temer, te lo prometo. — Señala con el remo la silueta del muelle, a lo lejos —.Vamos. Tenemos que avanzar más rápido si queremos llegar allí a tiempo para ver el inicio de
los fuegos artificiales.

Miro el muelle que sobresale del océano
contra un cielo que se oscurece rápidamente. —Parece estar lejos... ¿Estás seguro de que podremos regresar? ¿No nos vamos a perder en el
mar? ¿Ni se nos va a tragar la marea roja nocturna o algo así?

Un ♥️ para 2 || Yizhan ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora