-Pero has comido bien ¿Verdad? – cuestionó Sebastian con el teléfono de su escritorio en la mejilla – Tu sabes que tu tía Scar se esfuerza por ustedes.
-Si papá, te aseguro que si – dijo Nate al otro lado de la línea – Pero papá, no me has contestado mi pregunta, ¿Cuándo regresarás? Te extraño mucho.
El hombre dejó escapar un largo suspiro y lentamente llevó una mano a su frente, pasándola de un lado a otro mientras intentaba contestar con la mayor honestidad posible la cuestión de su hijo, aunque particularmente no podía ser demasiado específico.
-Pronto Nate... También te extraño mucho.
El chico sonrió para sí mismo apenas un poco, pues el entorno actual de sus amigos lo hizo nuevamente deshacer esa sonrisa.
-Papá... Sigo sin ver a Oliver y Lizzie.
Sebastian apretó uno de sus puños con frustración, la frustración que claramente le generaba el estar tan lejos e indispuesto de sus hijos, y la mujer de su vida. Usualmente habría dado una extraña excusa ante el comentario, una que hiciera a su hijo despistar un poco el sentimiento que generaba en sí mismo, sin embargo, habían ya pasado meses desde el día que decidió trabajar cuanto y más pudiera para regresar a Londres, por lo que no podía seguir con las respuestas que no llevaban a ningún sitio, por mucho que deseara fingir y reprimir que todo estaba bien, la verdad era todo lo contrario, el rumano estaba completamente desesperado y frustrado, llevaba cada mes y cada semana pensando únicamente en Lorely, en sus mellizos, en Nate, en William, todos sin excepción le importaban, y no podía más con la exasperación generada a raíz de no saber mucho de aquella preciosa mujer que era la madre de sus hijos...
-Lo lamento tanto Nate – susurró – ¿Tu tía Scar y Steve tampoco han hablado con ellos?
-Bueno, esa es otra noticia, finalmente han contestado nuestras llamadas.
-¿En serio? – cuestionó el rumano con sorpresa y una diminuta alegría que se creaba en sí mismo al mismo tiempo que su corazón sintió un hermoso y breve alivio.
-No los hemos visto, pero en esta semana Steve por fin pudo hablar con Lizzie – aseguró el chico – Yo hablé un poco con Oliver, y creo que mi tía Scar ha podido hablar con la señora Lorely, aunque fue muy corta la llamada, creo que no está muy bien...
El breve alivio se esfumó y en su lugar su corazón se estrujó con dolor.
-Me gustaría ir a verla papá, que fuéramos juntos.
-Lo deseo mucho Nate...
Pronto su conversación fluyó a más temas, aunque no precisamente porque no quisieran seguir hablando de la dolorosa situación que involucraba a los Hiddleston, sino que, por el contrario, esa situación los hundía en una melancolía llena de tristeza, por lo que rápidamente su conversación tomo otra dirección, además de que el chico de 14 años, no sabía nada sobre los futuros planes de su padre...
Cerca de 30 minutos hablaron de las últimas semanas de Nate, el chico mencionó a su madre brevemente, un par de llamadas que había tenido con ella y sobre los días que habían compartido juntos semanas atrás, le contó a detalle sobre sus próximas actividades que consideraría en Eton y la posibilidad de una extensión de vacaciones a raíz de un permiso temporal que sin duda él consideraba solicitar para viajar a Rumania, un lindo plan para aquellos que no sabían lo que enfrentarían en las posteriores semanas.
Para cuando la llamada concluyó, Sebastian llevó ambas manos a su rostro, tallando sus ojos mientras aquella frustración indescriptible intentaba seguirla reprimiendo, miró a un costado de su escritorio y tomó las últimas seis carpetas que debería revisar esa tarde, pues sin prestar mucha atención a su alrededor, sus días los pasaba con el constante y arduo trabajo, descansando apenas horas y esforzándose tanto como le fuera posible para poder abandonar la ciudad.
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La Decisión es Nuestra
Fanfiction"Un amor sin lealtad no es nada" Versión alterna/secuela de "Mi decisión final eres tú" Enfrentar las consecuencias de una verdad oculta por tantos años puede ser complejo o favorable, todo depende desde que perspectiva lo veas, cómo adulto, cómo am...