Capítulo 58 "Control"

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Podía reconocer la sensación que la invadía, la impotencia de no poder moverse como quería, la pesadez en sus ojos, el desgaste en su cuerpo y lo aturdida que se sentía su alma, había pasado más de una vez por un quirófano, la sensación seguía siendo tan terrible, pero las circunstancias por las que ahora luchaba, eran completamente diferentes.

En cuanto sus ojos se abrieron abruptamente, sus signos vitales cambiaron, intentó formar palabras, pero el respirador se lo impedía, forcejando ligeramente, la enfermera en turno rápidamente llamó a la cirujana mientras intentaban hacer que Lorely racionalizara su condición.

-Lorely, Lorely – repitió la cirujana una vez dentro de la habitación – Escúchame, soy la cirujana Meyers, concéntrate en mí – sus palabras salían con premura mientras el respirador era retirado y comenzaba una minuciosa observación – ¿Puede hablar?

Lorely tartamudeó ligeramente, había perdido la noción del tiempo, pero sentir la sequedad de sus labios le hizo inferir que llevaba demasiados días en la misma condición.

Meyers hizo que la enfermera cerrara la puerta y cortinas de la habitación, apagó las cámaras de vigilancia y se concentró nuevamente - ¿Recuerda lo que pasó?

-S-si – balbuceó con dificultad – M-mis, mis hijos, d-dónde está S-sebastian...

-El señor Stan se encuentra estable, su familia y sus amigos se encuentran en la sala de espera, han pasado cinco días desde que fue herida, en este momento se encuentra en terapia intensiva.

Un punzante dolor invadió la cabeza de Lorely y con esto estuvo a punto de arrancarse el catéter conectado a su brazo.

-¿V-voy a recuperarm-me?

-Ahora que ha despertado, seguramente sí, pero debe saber muchas cosas – aclaró con seriedad Meyers – Fui contratada por su familia para tratar exclusivamente su caso, nadie más en este hospital a excepción de Lidya – señaló a su espalda a la enfermera – Y yo, sabemos su situación real.

-¿C-cómo que real?

-Dos días después de que recibiera el disparo se levantó una demanda en su contra por parte del orfanato, los cargos son graves, y su familia y amigos no creen tener la posibilidad de disolver la demanda, mucho menos de ganar un juicio.

El punzante dolor fue más intenso y con esto la desconfianza de Lorely comenzó a mostrarse.

-¿Cómo puedo saber que lo que dice es cierto?

Meyers y la enfermera se miraron y mostraron un collar que Lorely pudo reconocer perfectamente, pertenecía a Tom cómo parte de uno de los objetos más preciados de los Hiddleston. El mundo en el que se habían envuelto era un constante peligro incontrolable, por lo que ambos habían acordado hacer de algunos objetos una señal que los dos pudieran entender perfectamente, aun sin verse o hablarse, confiarían en todos aquellos a quienes les hicieran llegar dichas piezas.

-¿Él les ha dicho que hacer? ¿Han tomado una decisión?

-No, el señor Hiddleston ordenó que se ejecutara toda decisión que usted tomara, su pronóstico no era nada favorable, pero ahora que ha despertado y es consiente, necesitamos que tome una decisión sobre lo que haremos... Sé que se encuentra aturdida y le cuesta asimilar lo que está pasando, pero no tenemos mucho tiempo, cada día la seguridad en el hospital aumenta más y más.

Lorely giró lentamente su cabeza e intentó asimilar todo lo que escuchaba, era realmente atormentador darse cuenta que al despertar tuviera que aceptar una situación tan injusta que podía comprometer a su familia de por vida, no sé sentía para nada preparada, ni siquiera podía pensar con la suficiente claridad, sin embargo, ver que la luz del día era casi inexistente y el ruido resultaba imperceptible, le hizo pensar en la única salida con la que podría abandonar el país.

La Decisión es NuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora