Capitulo 29

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Dentro del templo del mármol más blanco y puro, decorado con ornamentos de plata y oro y paredes talladas que mostraban los sucesos relevantes dentro de la familia Lestrangre, se encontraban cientos de asientos en su forma de media luna, cada uno siendo ocupado por los invitados. En primera fila estaban los padres, ya sentados, de las dos parejas. La familia de Rabastan solo consistía en su padre, hermano y cuñada, mientras que la familia de Sirius, tenía todo un clan: La casa Black había sido desde siempre una de las más numerosas, cada abuelo tenía dos o tres hermanos y la misma cantidad de primos, hijos, sobrinos, nietos, bisnietos y tataranietos. Los había casados y con hijos y también los había solteros y con perro o gato. Rabastan era acompañado por dos personas de su misma sangre, mientras que Sirius tenía todo un pelotón.

   Diferente a las fiestas muggles, ambos magos entraron juntos por las puertas del templo, siendo escoltados por sus hermanos. Rodolphus vestía una túnica negra bastante normal, pero de muy buena calidad, y tal como su padre llevaba en el su escudo de armas, ya que el mismo era el heredero. Iba apenas unos pasos por delante de su hermano y su futuro cuñado, y Regulus, con una túnica idéntica pero con el escudo de armas de Black, llevaba una pequeña canasta de la que caían pétalos de amapolas y que contenía hilos dorados, rojos y morados.

   Pero obviamente la atención no estaba en ellos: La pareja desde hacía mucho había decidido tener una boda al estilo antiguo, no con extravagantes túnicas que todo o cubrían, sino ropa de seda blanca translúcida, solo un pantalón de las caderas a los talones, y una camisa con mangas de campana y un profundo corte en "V" que llegaba hasta sus ombligos. Ambos iban con los brazos entrelazados y caminaban ni muy lento ni muy rápido, simplemente juntos. Si bien era una unión que en un principio, no era deseada, ahora era más que obvio para cualquier espectador que inhalaban el amor que medio segundo atrás su compañero había exhalado, viviendo en una continua rueda de vivir del amor del otro como si fuera todo el oxigeno que necesitaran, y hubieran nacido para estar juntos.

    Llegaron a lo que era el altar, solo una plataforma redonda con dos escalones, donde se hallaba una mujer sacerdotisa con túnicas negras y sigilos pintados sobre sus manos y rostro, cuando ambos se pararon frente a ella, recitó:

— El amor es un lazo que une pero no ata. El amor es un todo al borde de la nada. Es la luz que llega un día sin buscarla y que te cambia para siempre la vida. Es tan bello como una estrella, pero tan difícil de conquistar como a una de ellas.

» Que la pareja alce sus voces con sus votos, para unirlos en matrimonio.

   Rabastan secó dentro de su ropa una daga antigua, y se la presentó a Sirius: —Esta arma es antigua y sagrada, pasada de sangre a sangre y hueso a hueso. Espero que algún día, nuestra sangre unida también se pueda pasar por este rito con alguien a quien su corazón aclame, y por quien su mente ya no pueda funcionar. Nunca quise esta boda, jamás pensé en algo así, pero hoy no puedo estar más feliz de estar aquí, sintiéndote tan cerca. Quiero una vida eterna y prospera contigo, quiero vivir en la vida a tu lado, y morir en la muerte juntos. Nada podría hacerme sentir más orgulloso que saber que también quieres esto conmigo.

   Sirius tomó el filo de la daga y la apretó, dejando caer las gotas de sangre al piso. Sinceramente, debería haber pensado mejor en sus votos, ya que Rabastan había sonado tremendamente solemne y enamorado. Había hecho lo mejor. Le sonrió a su compañero y tanteó un poco sus ropas, demorando un poco solo para poner nervioso a Rabastan, hasta que por fin sacó su daga con un "ajá".

—Esta arma no es antigua ni sagrada, fue pasada de los gobblins a mi persona para que yo hoy te la de, y seguramente cuando me muera van a enfurruñarse porque la quieren de vuelta, sabes como son —dijo, viendo de reojo como su madre parecía querer irse de ahí— pero esta cargada de todo mi amor y buenos deseos, para que tengamos una buena vida y tan hermosa como nuestra salud nos lo permita. Como tu, no habría esperado estar aquí hoy, mucho menos habría pensado que esperaba con ansias este día, me habría reído y habría preguntado "¿Rabastan, ese Rabastan, el grosero y viejo?" —cada vez que Sirius hablaba la cara de Rabastan se veía más preocupada, como si creyera que tal vez su chico se iría. Todos lo notaron— En serio, yo tenía planeado irme en patitas de mi casa, el mismo día que fui manipulado por la bruja de mi madre para reunirme contigo y mi prima desquiciada, y solo lo hice por... bueno eso no importa aquí, pero el punto es que a pesar de no ser algo esperado, hoy eres todo lo que yo anhelo y quiero. Deseo mucho formar una familia contigo, un niño colgado del techo, otro pegado a la pared, una niña montando los hipopótamo y alguna rata de biblioteca; así que prepárate, porque no te voy a dejar nunca. Moriría de tristeza si lo hiciera.

El compromiso (SiriusxRabastan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora