Capítulo 8

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Patras se fue corriendo, fuera del shock de ver a su hijo menor casi que tirándose a su prometido. ¿Qué estaba haciendo Tom en su casa?

   Bajó las prominentes escaleras, con Nagini atada a a su cintura y la cabeza siseando sobre su hombro.

   Iba a entrar en el el gran salón, pero la serpiente se apretó, dejándolo sin aire.

   —¿Por ahí no? —le preguntó, sabiendo que entendía inglés. Nagini movió su cabeza, señalando hacia la izquierda.

   Patras empezó a caminar por donde Nagini señalaba, hasta que entendió a donde iban. Salió a los terrenos, donde los muggles confundidos estaban dejando la pareja de hipopótamos. Ahí cerca, tomando sol sentado en una reposera, estaba Lord Voldemort.

   Nagini lo abandonó y fue con su familiar, mientras Lestrange lo seguía.

   —Nunca entenderé la necesidad de los ricos por despilfarrar dinero en... extravagancias —. dijo Voldemort, podando sus ojos color rubí sobre el—Te ves agitado.

   —No te esperaba hoy, y sí, vine corriendo —le dijo, sentándose a su lado— La pareja de hipopótamos es para la pareja de Rabastan.

   —¿Cuándo me dirás quién es?

   —Cuando terminen las vacaciones de "navidad"—dijo desprecio ante la celebración muggle.

   —Los muggles van a terminar en algún sótano, supongo...

   —Obviamente, pero si Nagini tiene hambre puede servirse.

    El Señor Oscuro siseó y habló con su serpiente antes de decir: —Nagini tiene hambre. Se comerá al gordito barbón cuando terminen.

   —¿Será saludable? Tendrá mucha grasa, dile que le sugiero al rubio musculoso, le aseguro que sabrá mejor.

   —Dice que está bien, pero que quiere un condimento.

   —Lo que mi Lady quiera —dijo divertido. Ya se imaginaba al hombre plantado en el suelo, mientras un elfo le tiraba sal encima.

   —Mostaza, miel y orégano —dijo Voldemort— y el muslo del gordito lo quiere asado y dulce, con papá y boñato, también dulce.

   —Gustos refinados... —se quejó— ¡Beyoncé!

   Con un «plop» apareció una elfina con cara molesta, obviamente había estado fregando, por la esponja que tenía en la mano.

   —Amo Lestrange, Lord Voldemort y Lady Nagini —saludó mirando de reojo a la serpiente— ¿en qué puedo servirles?

   —Dile al resto de los elfos que secuestren a estos muggles y los pongan en el sótano, excepto a dos —dijo sonriente— al rubio de allí, lo quiero salteado con mostaza, miel y orégano, al gordito aquel, deben cortarle un muslo y cocinenlo, agridulce con boñato y papa.

'Cuando terminen déjenlo ahí mismo, para que Nagini se sirva. No quiero rastros del muggle en mi precioso horno.

   La elfina abrió los ojos a media que le daba las órdenes, pero asintió divertida.

   —¿Dejamos que se muera desangrado o lo curamos?

   —Que se desangre, frente a sus compañeros. Y torturenlos un poquito, si lo desean.

   Al rato los elfos se encargaron de los hombres, y Patras y Tom tuvieron el gusto de ver como le zampaban la pierna al gordo.

   —¿Y la política? —inquirió Patras.

   —Dumbledore quiso aprobar una ley que registra a todos los niños, y que magia usan en cada momento, para ver si usan magia "oscura" —le comentó.

'Malfoy lo desfalcó rápidamente, diciendo que no nos faltaría mucho para ser como los nazis muggles, que le ponían estrellas a los judíos para reconocerlos. Señalar lo que a uno no le gusta y restringirlo, no se vió para nada bien ante los ojos de los Wizengamot.

'Además también dijo que solo podían usar magia en Hogwarts, cosa que nadie respeta obvio, pero no lo dirían ahí; y que era su deber y de las barreras controlar "hechizos y magias condenadas por la ley como ilegales", o sea, no lo que el considere como ilegal.

   —Perfecta respuesta, supongo que no solo "quedó mal".

   —No —dijo con una sonrisa maligna— Paris Longbottom le dijo que la magia oscura no era ilegal, y que no tenía razón de serlo, a lo que Madam Bones secundó alegando que todos en la sala sabían utilizarla y lo habían hecho en algún momento.

   —¿Ya se filtró alguna nota sobre ello? Quiero ver como Skeeter lo asemeja con un genocida racista.

   —Yo también, con suerte le da un ataque al corazón y fallece.

   —Ojalá. Aunque supongo que cuando se descubra quién es el prometido de mi hijo, también querrá morir.

 Aunque supongo que cuando se descubra quién es el prometido de mi hijo, también querrá morir

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El compromiso (SiriusxRabastan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora