Se besaron intensamente con el agua corriendo por sus cuerpos. Los dedos se Sirius rápidamente se enredaron en los cabellos bordó de su Rabastan, mientras que entre sus nalgas la polla de su novio se movía en un vaivén.
Rabastan estaba excitado a muerte. Alejó su miembro de la zona Sirius. No podía dejarlo embarazado solo porque el preseminal se fue de viaje.
Los pies de Sirius tocaron el suelo, a la vez que Rabastan le pellizcaba los pezones. Notando lo mucho que le gustaba, apretó aún más el pezon izquierdo, haciéndolo chillar, y movió su cabeza hacia abajo, apoyando sus labios en el otro botón rosado.
Lo lamió, y Sirius se retorcía aferrándose a él. Empezó a succionar el pezon y luego a morderlo. Dejó de jugar con el izquierdo y repitió todo lo anterior. Lamer, chupar, succionar y morder. Después atacó el cuello, dejando marcas.
Sirius bajó sus manos por la espalda de Rabastan, dejando arañazos. Luego las movió hasta el miembro de su novio y empezó a hacerle una paja.
—Rabastan —gimió.
Sus intentos de masturbar a su novio se vieron inútiles cuando el placer lo consumía, pareciendo drogado. Rabastan dejó su mordisquear su hombro y apretar en su entrada, para hacer una paja a ambos.
Empezó a subir y bajar las manos, apartadas entre las dos pollas. El rubor en el rostro de Sirius se hizo más fuerte, y empezó a decir incoherencias. Los gemidos se hicieron más profundos y largos.
Rabastab volvió a por los labio de su novio, ahogando todos los gemidos dentro de sus bocas.
—¡No quiero nietos bastardos! —se escuchó un grito por todo el baño, mientras que la puerta se abría bruscamente.
A Sirius le molestó bastante la interrupción.
Rabastan vió como los ojos de Sirius se volvían fucsias y sus uñas y dientes más largos.
—Fuera —dijo con voz áspera, para luego volver a besarlo.
Luego, todo se hizo más salvaje. Sirius clavandose las garras en el abdomen y el pecho, dejando graves mordidas en su cuello. Rabastan estuvo seguro de sentir su propia sangre en un beso.
Aún así, con todas las molestias que tendría más tarde, no fue capaz de sentir ningún dolor en compañía de Sirius. Más bien, fue todo lo contrario. Se sintió más excitado que nunca y con la necesidad de meterse en el culo de su novio. Lo hubiera hecho, si no se hubieran corrido cuando Rabastan metía el primer dedo en el culo de Sirius.
Si hubiera estado más consciente, habría visto a su padre asustarse cuando una serpiente entró en la habitación.
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El compromiso (SiriusxRabastan)
Hayran KurguLos Black han sido deshonrados constantemente por las inacciones de Bellatrix, quien se niega a cumplir con sus deberes maritales. Para compensar a la familia Lestrange, Walburga enviará a Orión a conversar un posible compromiso entre el hijo menor...