El compromiso (SiriusxRabastan)

Capitulo 22

Los chicos están en séptimo y Reggie en quinto (15 años). Me di cuenta que estaba haciendo coger a ickle con 13 años y me quedé más rallada que el queso, no sé cómo se me pasó, sorry, pero quise aclararlo antes de la lectura.

Sirius, con las fotitos de su Bastan, fue corriendo a su habitación para dedearse por segunda vez en la semana. Se encontró con Peter afuera, pareciendo indeciso sobre si entrar o no. Ambos entraron a la vez, y cuando la ola de gemidos los alcanzó, de inmediato entraron y cerraron la puerta detrás de ellos.

   ¿Snape estaba en la cama de Remus, mientras éste lo besaba? Y qué hacía Regulus arriba de Remus? ¿Donde estaban exactamente las pollas de eso dos? ¿Qué hacía Snape en cuatro sobre su hermanito mientras James le daba por culo?

   Ambos intrusos se miraron, se transformaron en sus formas de animagos y silenciosamente se acercaron a la cama de al lado para mirar más a gusto. Ninguno de los cuatro chicos notó al perro del tamaño de un oso joven ni a la rata.

   Regulus estaba sobre el pecho de Remus, que lo tenía con las piernas abiertas y la rodillas contra sos hombros. La forma de la gorda y larga verga del hombre lobo entrando y saliendo del culo de su hermano no debería haberlo exitado tanto. Tampoco debería ser existante ver a Severus Snape de todas las personas compartiendo hoyo con Remus, metiendo su pene también en el culito de Regulus. «Por Merlín, Regulus tiene cara de zorra sufrida». A. Su vez, James le estaba rompiendo el culo a Snape, marcando un ritmo duro y rudo, mientras lo abrazaba por el abdomen y su dentadura se cerraba en cualquier parte de la piel del pelinegro.

   A los potentes oídos de animales llegaba el delicioso sonido de las bolsas de James golpeando contra el culo devastado del slytherin. Uno de sus músculos brazos se desenredo del cuerpo delgado, que ya casi empezaba a derrumbarse en semen, y pasó a ahorcar a Regulus.

   El menor de los cuatros, lejos de estar llorando por la cantidad de verga que tenía metida en el culo, estaba sonriendo, perdido por el sexo; y cuando James empezó a quitarle oxígeno solo gimió, a duras penas, con mayor fuerza que antes.

   Se escucharon también los gruñidos de Remus, pero lo más interesante que Sirius captó furon los ruegos de Snape: — Jodido hijo de puta, que rico... dame más rápido inútil —cuando James empezó a «cogerlo de verdad», Snape empezo a chillar y gemir tan fuerte que si no hubiera silenciadores en la puerta, llegarían a las mazmorras sus obscenidades— que rico, más, más, dame más... Oh sí, así así, me encanta, jodeme jodeme por favor, me encanta tu verga...

   Los ojos de Snape se dieron vuelta en blanco y poco después James dió sus últimas estocadas, junto a una nalgada que liberó junto a su semen.

   Regulus ni siquiera pareció notar que Severus se retiraba de su agujero, aunque probablemente no tuve tiempo para ello, ya que de inmediato Remus lo puso a de rodillas, aun pegado contra su pecho, y lo empezó a coger con un ritmo de castigo. De la dulce boquita de su hermano solo salían incoherencias y ruidos demasiado vulgares. James arrastró literalmente a Severus hasta que estuvo debajo de Regulus, y Sirius tuvo la gracia de verlo comer polla. Por la forma en la que Remus se lo montaba, su cuerpo se balanceaba violentamente, y su miembro hacía  estragos en las garganta de la serpiente mayor.

   Al mismo tiempo, James también se acercó hasta Regulus y lo besó con fuerza, aunque solo por unos segundos. Lo mejor vino después, cuando lo tomó por los pelos y tiró de su cabeza hasta que el rostro de Regulus estaba siendo golpeado por la nuevamente dura polla de James.

   Regulus le cogía la boca a Snape y James le cogía la boca, brutalmente, a Regulus, mientras que Remus le dabas por culo a Regulus, quién con un gemido gutural, aún con polla en boca, se corrió por toda la boca de Snape.

   Los slytherins se retiraron, pero Remus no se había venido ni una vez y James no pudo correrse por segunda. El lobo gruñó con fuerza antes de arrastrar a James hacia él y ponerlo en cuatro con las nalgas al aire y levantadas.

   La cara de sorpresa de todos fue grande cuando Remus le empezó a comer el culo, y cuando James empezó a gemir muy, muy excitado, nada que ver a cuándo estaba penetrando hace unos segundos.

— ¿Te puedo clavar las garras?

— Sí

— Las cicatrices no...

— Metemela

— No estás dilatado

— Que. Me. Folles. Te. Dije.

   Remus aulló con fuerza, y con una bestialidad se abalanzó contra el agujero de James y empezó a embestir con tanta fuerza que las cama se rompió. James solo gemía, gritaba de dolor y le pedía a Remus que lo cogiera más rápido.

   Regulus pensó que había sido duro con él, que suerte que había terminado rápido. Se acurrucó mas cerca de Severus, que parecía muy contento de quedarse a su lado.

   Remus estaba amasando el trasero de James, garras clavándose, nalgadas y aullidos. James solo gemía y gemía y pedía más y más. El hombre lobo estaba completamente ido en el placer, cogiendo a su amigo con rudeza mientras lamía sus hombros, cuello, cara y hasta pelo.

   Unos quince minutos más tarde, James estaba babeando y corriendose una tras otra, recibiendo a la dura verga de Remus, quién ya solo le gruñía con las garras muy clavadas en su cintura. Los ojos brillaron dorados y con las embestidas más rudas que Sirius había visto, se corrió en el culo de James.

   Tras un rato se recuperaron, y solo en ese entonces notaran a los animales que los miraban.

— Oh, hola~aaa

   James había empezado a saludar, pero un gemido se escapó de su labios cuando Remus comenzó a lamerlo por todos lados, mientras murmuraba «mio».

— Tuyo, tuyo, tuyo... — murmuró James antes de dormirse.

   El Grim se movió hasta la otra cama dentro de la habitación, preguntándose qué tan lejos podrían llegar Rabastan y él el día de su boda.

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