Nunca te olvidare

En la oscuridad

Desde esa tarde Paul y yo estuvimos más juntos que nunca.
Decidí quedarme con el y no me arrepiento, los chicos aceptaron dejarme vivir con ellos felizmente, aunque, últimamente estoy viendo muy triste a Ringo pero no sé la razón.
Le dije a la bruja (todavía no quiere decirnos su nombre), que no tenia planes de irme, que me quedaría en los 60s con Paul.

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Ya han pasado 7 meses desde que repentinamente la muñeca de mi abuela me transportó a una década diferente.
Jamás fui tan feliz en mi vida, estar rodeada de éstos chicos es probablemente lo mejor que me pudo pasar, se han convertido en mis mejores amigos.
Mañana harán una celebración de año nuevo en la mansión de Bob Dylan, siempre me gustó su música y estoy muy emocionada por ir.
Estaba hablando con Ringo cuando de pronto Paul entró en la habitación.

-Preciosa, tengo malas noticias.

-¿Que pasó Pauli?

-Ha fallecido la tía de George.

-Oh por dios.

-Si, es una lástima, en fin George me pidió que vaya con el al funeral y a pasar la noche en casa de sus padres.

-Pues ve con el de seguro necesitará a su amigo junto a el.

-John también irá ¿Tu estarás bien aquí sola?.

-¡Claro! Después de todo Ringo me hará compañía.

Ringo sonrió y asintió.

-Muy bien, bueno nos vamos, debemos partir ahora si queremos llegar temprano para alistar todas las cosas.

Besé a Paul en los labios antes de que cruzara la puerta, y lo saludé con la mano mientras se alejaba.

Toda la tarde transcurrió tranquila junto a Ringo, el es un chico super chistoso asi que me la pasé riendo de las tonterías que hacía.
En la noche apareció una gran tormenta llena de truenos y relámpagos, estábamos jugando a las cartas cuando de la nada las luces se apagaron.

-¡Mierda!.

Grité yo, realmente le temía a la oscuridad.

-______ ¿donde estás? Como sabrás no puedo verte.

Dijo el.

-Tengo miedo Ringo...

Fue lo único que pude decir, estaba paralizada pero rápidamente me levanté de donde estaba y comencé a buscar con mis manos a mi amigo.

-Tranquila ahi voy por ti.

Estaba tocando todo lo que encontraba tratando de decifrar que era. Primero toqué la mesa y sin querer tiré uno que otro adorno, luego el sofá, y estuve un largo rato sin toparme con nada.
En ese momento sentí como unas manos sostuvieron suavemente mi rostro, no me resistí pues esa sensación de calidez era hermosa, estiré mi mano hasta tocar el brazo de Ringo, ¡Al fin lo encontré!.

Casi en un segundo sentí que sus labios se posaron sobre los míos terminando en un dulce beso, por muy dulce que fuera no podia hacer eso, yo amaba a Paul.