Nunca te olvidare

Sunshine valley

Seguimos bailando hasta que ninguno de los dos tuvo dudas: estabamos locamente enamorados.
Paul pagó nuestra cena y salimos de aquel lugar tomados de la mano.

-Que bonita noche.

Mencioné.

-Que bonita chica.

Contestó besándome la frente, el siempre tenia algo para decir que me hacia sonrojar. Llegamos hasta un tranquilo parque que estaba desierto, se llamaba "Sunshine valley", y nos recostamos en el pasto rodeados de bellas flores silvestres bajo el resplandeciente cielo nocturno.

-¿Sabes? Ya casi habia olvidado lo genial que es esto.

Pensé en voz alta.

-¿De que hablas?

Preguntó Paul.

-Poder estar tranquila, en un lugar sin ruidos y demás distracciones. En 2015 todo era caotico todo el tiempo, nunca habia paz, es decir, el mundo estaba inundado de estruendos y bullicio.

-Creciste de ese modo y sin más todo cambió, ¿no lo extrañas?.

Negué con la cabeza, antes era como una rutina vivir la vida acelerada y ahora todo aquello se habia ido.
Paul jugaba con mis cabellos enredandolos entres sus dedos. Repentinamente se posó encima de mi besándo suavemente mi cuello, podia sentir todo su peso sobre mi pero sin embargo jamas era suficiente, queria sentirlo aún más cerca. Sus caricias me hacian estremecer pero al recordar en donde estabamos paré su mano.

-¿Que pasa?

Preguntó confundido, yo levanté una ceja y me crucé de brazos.

-Paul...¿te estas dando cuenta de donde estamos?

El miró alrededor y se volvió a mi.

-¡Vamos! No vendrá nadie.

-No lo se...es un poco peverso ya que esto es un parque para niños.

-Bebé ¿Crees que los chicos vienen a jugar a las 1 a.m?

Solté una risita, tal vez tenía razón, después de todo es de noche, y no podriamos hacer nada en el hotel ya que compartimos habitación con todos los demás. Besé sus labios rodeando todo su cuerpo con mis manos mientras tocaba su espalda. Se despegó de mi para quitarse su camisa, al ver que no podía, la agarré impulsivamente y la abrí haciéndole caer todos los botones al suelo. El se sorprendió y sonrió picaramente. Me despojó de mi vestido y de sus pantalones. Nos besabamos hasta que de la nada, una gran llama de fuego se encendió a unos cuantos metros de nosotros, yo lo habia hecho sin duda, debió de haber sido la excitación del momento aunque crei que ya no me pasaba. Paul recorria cada extremidad de mi cuerpo con sus manos haciéndome sentir sensaciones inimaginables.

Paul vio la hora en su relog y me miro.

-Ya son las 3.

Anunció sin mucha importancia besando todo mi brazo desnudo hasta llegar a mi hombro.

-¿No crees que deberiamos volver? Brian y los demás deben estar preocupados.

-Muy bien linda.

Nos volvimos a poner nuestra ropa y volvimos al hotel. Paul iba con su camisa abierta ya que yo se la habia roto.

-¡Vaya si que eres salvaje cuando quieres chica!

Habia mencionado en el trayecto. Lentamente abrimos la puerta esperando no despertarlos, pero ya era muy tarde, George habia encendido la luz.
John al ver la camisa su amigo, mi pelo alborotado y mi ropa arrugada comenzó a reirse.

-No quiero ni imaginar que hicieron ustedes dos...

-Cállate Lennon.

Le contestó Paul.

-Son unos traviesos...

Dijo George.
Todos volvieron a sus camas pero Paul y yo no pudimos pegar ni un ojo en toda la noche ya que Ringo no dejaba de roncar, era realmente impresionante los sonidos que hacia, por un momento creí que se le romperia la nariz.