Porque este amor jamas termine

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Los chicos se despidieron del público y se fueron del escenario.
Paul vino corriendo hacia mi, me tomó de la cintura y me dio un beso apasionado.

-Wow.

Exclame todavia pegada a el.

-¿Te gustó el show preciosa?.

-Estuvo de maravilla.

-Gracias, ¿que dices si nos vamos de aqui?

Lo miré extraña ya que dijo que después de los conciertos siempre estaba exhausto.
-¿A donde?.

-A cualquier lado.

Dijo con un tono audaz, me tomó sorpresivamente de la mano y nos echamos a correr. Salimos del estadio y ahora estábamos trotando como locos en las calles Manchester.

-¡¿Hacia donde nos dirigimos?!

Grité exasperada.

-¡No lo se!

Dijo riendose, amaba su risa. Corrimos hacia ningún lugar en particular hasta que pasamos al lado de un restaurante que, al parecer, era muy elegante.
Paul dejó mi mano e hizo una reverencia para que pasara.

-¡Estas loco no tenemos reservacion!

Le dije negando con la cabeza.

-Pues ser yo tiene sus privilegios.

Me contestó y entramos al lugar. De pronto toda la gente de allí nos estaba mirando, debia admitirlo, estábamos completamente apestosos y desaliñados, asi que era probable que llamaramos la atención.
  Había una larga fila de espera para poder ocupar una mesa asi que me coloqué en donde se suponia que debía esperar pero, el testarudo de mi novio, me tomó nuevamente la mano y comenzó a adelantarse hasta llegar con la recepcionista que al vernos, o mejor dicho al verlo a Paul, sonrió.

-Hola, no tenemos reservacion pero esperaba que usted pudiera ser una persona amable y conseguirnos una mesa...

Dijo guiñandole un ojo, para ser sincera me puse furiosa, pero no estoy celosa...encerio.

La joven volvió a sonreir tontamente.

-Claro.

Nos guió hasta una mesa un poco alejada de las demás personas y nos sentamos alli.

-Al fin tu fama nos sirve de algo.

Bromee riendo.

-Bueno aveces hay que sacarle provecho ¿o no?.

Una mesera se nos acercó nos sirvió un vino en nuestras copas.

-Porque este amor jamás termine.

Dijo levantando la suya y luego yo lo imité, juntamos nuestras copas haciendolas sonar y bebimos.
Había una banda de Jazz que estaba tocando, le daba al ambiente un toque de majestuosidad y atractivo.
Paul y yo nos quedamos hablando y ni siquiera tocamos nuestra comida. La mayoría del tiempo no lo escuchaba, solo me limitaba a mirar como su boca se movia pronunciado palabras, podia estar asi por horas, solo mirandolo en todo su esplendor.

-_________.

Me dijo haciéndome despertar de mi trance.

-¿Que?

-Te amo.

-Yo también te amo.

-Pero yo más, eres la única chica para mi, jamás querré otra, jamás me aburrirás.

-¿Y si algún dia me aburro de ti?

Pregunté sabiendo la respuesta.

-Eso es imposible, yo soy adorable.

Solté una risa pero rápidamente me callé al escuchar una preciocisima canción lenta. Paul se dio cuenta de mi reacción asi que se levantó de su asiento y me tendió su mano.

-Oh hermosa joven ¿me concedería esta pieza?.

-Seria un placer señor bobo McCartney.

El sonrió y me llevó hasta la pista. Puse una mano en su hombro, mientras el ponia la suya sobre mi cintura.

-¿Realmente crees que algún dia te aburriras de mi?

Preguntó serio.

-¡No! Era solo una broma.

-Te juro que no permitiré que eso pase, hare lo posible por ser todo para ti.

-Pero si ya lo eres.

Me acerqué a su boca y le di un dulce beso. Apoyé mi cabeza sobre su pecho y seguimos bailando hasta que ninguno de los dos tuvo dudas: estabamos locamente enamorados.

Nunca te olvidareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora