Jane

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Paul me despertó con un beso en la mejilla. Estaba nerviosa, esperaba ir alli y ver que en realidad era todo una broma pesada, aunque algo en mi interior decía que no me aferre tanto a esa idea.
Me cambie de ropa, junto con Leopoldina y Paul nos subimos al coche y el empezó a conducir mientras ella le guiaba.
Llegamos a una gran mansión con toda la elegancia digna de la realeza.

-¿Estas segura de que no nos equivocamos de casa?

Pregunté pero Leopoldina negó con la cabeza.

-Esta es su casa, es actriz y cantante, además de estar casada con un adinerado compositor, quizás la conozcan.

Dudé que eso pudiera pasar ya que no estoy muy familiarizada con famosos de los 60s. Bajamos del auto y nos dirigimos a la puerta, mi mano tembló un poco antes de tocar el timbre. Miré a Paul y en su mirada encontré la calidez y el consuelo suficiente para poder afrontar cualquier cosa.
Cuando una joven de unos grandes y hechizantes ojos celestes nos abrió la puerta casi me desmayo, era Jane Birkin.
Su expresión al vernos fue una mezcla de sorpresa que rápidamente se convirtió en algo de desprecio, posó sus ojos firmemente sobre Leopoldina.

-¿Quienes son?

Le preguntó refiriéndose a Paul y a mi.

-Ella es la chica de la que te hablé y el es su novio.

-¿Que hacen aqui?

-Vine por respuestas.

Me adelanté a decir, ella me examinó de arriba a abajo y nos dio paso para entrar en su enorme hogar.
Nos guió hacia su sala y todos nos sentamos. Le pedí que me dijera todo lo que ella sabía, pero me dijo lo mismo que Leopoldina.

-¿Como es posible que el tiempo siga transcurriendo en 2015?.

Pregunté tratando de entender.

-Pues son dos líneas de tiempo distintas, aunque lo que pase en una puede cambiar los hechos de la otra el tiempo siempre va a existir, por lo tanto tu familia sabe que te has ido.

No dije nada, sentí como si mis piernas dejaban de responder.

-Jane tu puedes mostrarle a sus padres.

Dijo Leopoldina acercándose más a ella.

-No, ya te dije mil veces que no iba a volver a usar magia.

Contestó con frialdad.

-¿A que te refieres con mostrarme a mis padres?

Pregunté con un nudo en la garganta.

-Ella puede ver que pasó con tu familia en todo este tiempo que no estuviste alli.

Respondió, si tengo aunque sea una chance de asegurarme que estan bien no la voy a desperdiciar.

-Jane, por favor, no te imaginas como me siento desde que esa muñeca me trajo aqui. Necesito saber como están mis padres.

-No...prometí que jamás- pero la interrumpí antes de que siguiera hablando.

-Jane, te lo ruego...- alcancé a pronunciar antes de que una lágrima cayera por mi mejilla- hazme este solo favor y te juro que jamás volveré a molestarte...

Su semblante se ablandó y vi una pequeña gota de lástima en sus ojos.

-Esta bien.

Jane me llevó a una habitación a la que solamente entramos nosotras dos, Leopoldina y Paul se quedaron afuera ya que ella dijo que necesitaba mucha concentración.
Nos sentamos alrededor de una pequeña mesa redonda y ella tomo mis manos cerrando los ojos. La luz mortecina de las velas le daba al lugar un toque mas siniestro de lo normal.
Jane respiraba lentamente y me hizo preguntar que estaria viendo ahora mismo. Al cabo de un rato abrió los ojos, pero su expresión habia cambiado...

-¿Que viste?

La interrogué, pero no contestó.

-Jane...por favor.

-_______, yo... lo siento.

-Dime.

-Tu madre...ella...cayó en una gran depresión y... se suicidó.

Nunca te olvidareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora