MULTIVERSITY | Selección Argentina

1)3.CARAVANA

NO EDITADO

Livvy estaba mirando hipnotizada Barbie y las tres mosqueteras, que era una de mis películas favoritas de Barbie, mientras yo terminaba de revisar las novedades de la Scaloneta y comenzaba a chusmear los fanfics que no paraban de aparecer en Wattpad desde que la Copa del Mundo había empezado. Realmente había de todo, desde historias bien escritas hasta algunas que te hacían sangrar los ojos.

-Yo no soy la hija de Scaloni -murmuré cansada de encontrar tantas historias similares-, ni soy la hermana de alguno de los jugadores...Tampoco soy una super modelo o famosa. ¿Dónde están las historias de amor con chicas normales? -me quejé en voz baja, pensando que el sistema de Wattpad podría estar complicándome todo incluso más-. Y sí, estoy hablando sola...-aclaré como si alguien me estuviese escuchando; estaba Olivia sentada al lado mío, pero ella no contaba cuando estaba tan atrapada mirando una película.

Probablemente si hubiese estado Red acá me hubiese mirado raro por estar buscando fanfics sobre mis almas gemelas escritos por otras personas. En mi defensa, el mundial también me había enloquecido y en un inicio había empezado buscando historias graciosas, pero al final había ganado la ávida lectora de fanfics encerrada en mi interior. Por supuesto que yo podría estar viviendo un fanfic en la vida real pero, como eso no era una opción para mí, tenía que conformarme con rebuscar en Wattpad hasta que algo me llamase la atención. Era imposible encontrar una historia que se acercase a mi realidad, pero lo importante era leer algo que aplacase ese lado de mi que deseaba estar con ellos.

-Mami se va -le recordé a Liv al ver el mensaje que me había llegado de Red; ya habíamos hablado de que hoy me iba a ir un rato, pero necesitaba avisarle por las dudas antes de irme.

Le di un beso y un abrazo sin querer soltarla, pero sabiendo que no le iba a hacer mal distanciarse unas horas de su mamá pegajosa. Me devolvió el beso, lo cual ya era bastante teniendo en cuenta lo interesante que encontraba la película, y siguió mirando la tele como si estuviese hipnotizada. Me alejé y me quedé mirándola unos segundos por si se largaba a llorar o me decía algo más, pero obviamente era más yo la que sufría que ella así que arrastré los pies hasta la puerta.

Red había insistido implacablemente en que fuésemos juntas a festejar, pero yo estaba demasiado preocupada por los posibles riesgos como para aceptar acompañarla. Realmente prefería la idea de observar desde la televisión durante horas, y era más seguro que estar cerca de alguno de ellos. Además, participar de la caravana significaba que no podría estar viendo sus caras todo el tiempo y me conocía lo suficiente como para saber que después terminaría viendo la repetición de lo que había sucedido en esas horas, por lo que ir hasta allá era tanto riesgoso como una pérdida de tiempo. De hecho, si no fuese porque Red había logrado hacerme sentir culpable, debido a que ya la había abandonado en los festejos del día de la final, no hubiese aceptado ir con ella por nada del mundo.

-Es demasiado tarde para que te arrepientas -me dijo Red con una sonrisa cuando llegamos a nuestro destino.

-Igual quiero salir corriendo -le respondí pensando en si los jugadores de la selección se habían puesto protector solar antes de salir; iban a estar horas bajo el sol y lo obvio era hacerlo, pero no les tenía mucha fe.

-Sos una más entre miles de personas -me tranquilizó usando la misma excusa que ya me había mencionado para convencerme; era un caos de gente así que en eso no se equivocaba-. Y estamos en un puente justamente para asegurarnos de que no te vean. No van a mirar para arriba y, si lo hacen, te vas a perder entre toda esta gente.

-Todo va a salir bien -le respondí devolviéndole la sonrisa, pero era más para tranquilizarme a mi misma que a ella-. Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar...-me sumé a cantar con los demás mientras esperábamos al micro de la selección.