CAPITULO 20

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Beatriz seguía conversando con Camila sobre los bocetos que había creado, ella sin intentar inmiscuirse le dio algunas ideas que tenía y Camila asombrada y maravillada creó otros más.

—¡Pero bueno, Betty! No sabía yo esa capacidad tuya de poder diseñar ¿dibujas también?

—Si, cuando tengo tiempo me gusta mucho hacerlo.

—¿Has pensado en perfeccionarte en alguna escuela? — Betty se afirmó en la pared y soltó una risa irónica mientras tocaba su cinta métrica del cuello

—Créeme, Cami, si tuviera los medios ya sería toda una diseñadora, amo estar entre las telas y daría mi vida por estudiar diseño de modas...— suspiró con pesar, recordando que ese sueño aún estaba lejos. Sus ahorros no eran suficientes ni siquiera para pagar dos años de esa carrera— pero bueno... voy afuera un minuto y vuelvo.

Camila asintió con preocupación, leyendo en su expresión todas las intenciones de Betty.

—Deja de fumar tanto, Bettica, te hará daño...— Betty le sonrió y le besó la mejilla— Nos vemos a la noche, ahora tengo que ir al taller donde está tu madre a ver unos diseños que están ahí y ya luego termina el día, ¿no es así?

—Así es, Cami, entonces nos vemos más tarde— Betty caminó apresurada a la salida que tenían ellos por el callejón, ahí podía fumar rápidamente sin ser vista por Inesita.

Salió a la calle y sacó su cigarro del bolsillo, lo estaba encendiendo cuando divisó a alguien también fumando en una esquina afirmado a la pared.

—Quihubo, Nico ¿Cómo  anda hoy? ¿Se le pasó el resfrío? — se acercó a él para que le encendiera él cigarro aprovechando que el suyo ya estaba encendido.

—Quihubo, Betty, si, ya me siento mucho mejor. Me tome un remedio y como nuevo.

—Pues dígaselo a su cara porque la tiene de funeral usted, ¿Qué sucede realmente, Nico? No es necesario que me lo oculte a mí, que me lo conozco muy bien y sé que hay algo más en su estado de ánimo que una simple enfermedad.

—¿Y que se supone que le estoy ocultando, Betty?

—Que algo sucedió con una chica, específicamente con Aura María...— Nicolás la miró y le dio tos por el humo que no echó afuera— Aaah ¿si ve? Cuente ¿Qué pasó?

—Tan bruja que es usted ¿Cómo supo que es por ella?

—Pues porque ayer Aura María en el bar estaba exactamente igual que usted, así que por intuición deduje que pasó algo entre ustedes. Es que ninguno es particularmente serio y mucho menos le rehúyen al ambiente de una fiesta o un bar.

Nicolás suspiró y le contó todo lo que pasó mientras ella estaba con Armando en la Sierra. Betty sintió pena por su primo, conocía muy bien esa devoción que sentía por la vendedora y que por puro miedo al rechazo no le había dicho de sus sentimientos antes; lamentablemente sus temores se hicieron realidad y estaba experimentando el rechazo de ella en todo su esplendor, rechazo que sinceramente no esperaba porque Aura María había alimentado las esperanzas de Nicolás un par de veces.

—Nico, lo siento mucho, yo... Yo la verdad es que no tengo palabras, me imagino lo que debe sentir y debe ser terrible. Sé lo mucho que siempre la quiso y...

—Ya, tranquila prima que pasará, habían dos posibilidades; la aceptación y el rechazo, y bueno, estaba preparado para ambas, ahora sólo toca seguir— Se alzó de hombros y negó lentamente.

DÉJAME AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora