Una pequeña habitación oscura, rodeada de un gran silencio. Cada segundo que pasaba se sentía más largo de lo que en verdad era. Este lugar funcionaba como una especie de jaula.
Era común para los humanos encerrarse para huir, pensando que de esta forma todo sería más fácil... «Vaya tontos», pensó él.
El tiempo seguía corriendo, no había cambios. A decir verdad, no me sorprendía que todo estuviera de esta forma, aunque esta vez me sentía diferente a lo que debería ser. Un hecho que tarde o temprano llegaría, terminó ocurriendo, pero... ¿esto me molestaba?
Mientras esperaba sin hacer nada, un pequeño ruido resaltaba en el lugar. Era sutil, debido a que la persona de la cual provenía trataba de ocultarlo, pero por más que lo intentará, le era imposible. Uno no podía llorar en silencio, o por lo menos, no por mucho tiempo; El sonido que hacía con su nariz cuando se le dificultaba respirar, el movimiento de sus manos para refregarse los ojos y los suspiros siguientes de ese momento, era lo único que se apreciaba cada tanto.
Me encontraba intranquilo, por alguna razón no soportaba esta situación. Cientos de miles de veces pase por esto, pero en esta ocasión... se sentía extraño. Los humanos eran tan frágiles que en el momento que se rompían, se aislaban, cargando con su dolor, esperando que mágicamente se solucionara todo. Que de un día para el otro ya no les doliera, ya no recordaran lo que les sucedió, no solo ellos, los demás involucrados tampoco...
No los entiendo, ¿por qué encerrarse? Si al estar solos, la culpa, la tristeza, la amargura, el dolor y la sensación de soledad aumentaba... ¿Por qué hacerlo?
No pude evitar suspirar por algo tan obvio: "los humanos eran tontos y frágiles". La mayoría se daba por vencido rápido y antes de intentar salir adelante, preferían que todo acabara de una vez, aun si eso significa sufrir día a día, aguantando hasta que su final llegará.
—Que desperdicio... —susurré.
No quieren esforzarse por miedo a fracasar, como si al intentarlo empeoraría todo. Buscan excusas para darse por vencidos, después de todo, les era fácil ver el lado malo y quedarse en cama sin hacer nada. Hundiéndose más y más en su miseria, llegando al punto de que ya no se sentían culpables por esto, ya que se excusaban con: "no había nada que podían hacer" o "ellos eran así".
Él ser humano incluso decidía actuar de esta manera sabiendo que esto lo dañaría y le traería peores desgracias... y aun así... lo hacían. Una vez creado el hábito, era la excusa perfecta para no cambiarlo.
Pensaba en todo esto mientras veía a Sofía estar en la misma posición desde hacía horas. No se movía de su cama.
Era la típica escena, donde un humano se rendía. Parecía como si se hubiese caído a un pozo y lo único que hacía era seguir hundiéndose. Mientras más descendía, más difícil le era ver la luz al final. Llegando al punto que aceptaba que no saldría, ya que no lograba ver la salida. En ese punto, solo quedaba esperar en silencio, aceptando que daba igual cuánto siguiera cayendo, ya no habría nada que hacer, la salida estaba demasiado lejos.
La vida del humano se acababa en el momento en que este se daba por vencido y aceptaba que no podía cambiar. Que ese era el estilo de vida al que estaba destinado y sólo le quedaría aguantar, repitiendo día tras día la misma rutina, actuando como si estuviera bien, pero al llegar a casa y estar solo, el sentimiento de vacío los comía. Era una muerte en vida, larga y dolorosa.
Otro suspiró se le escapó y de inmediato se dio cuenta de la razón de su pesar: estaba... decepcionado. Suponía que se había acabado, Sofía Medina se dió por vencido. Le había parecido divertido y estaba seguro de que recordaría todo lo que hicieron durante estos días, atesorando el tiempo que compartimos. Era una lástima. Él creía que como ella entendía la verdad detrás del deseo, sabrías cómo enfrentar todo. Al final, se rindió antes, que pena.
ESTÁS LEYENDO
31 días para pedir 1 deseo
FantasyUn ser extraño se aparece frente a ti diciendo que fue enviado para concederte casi cualquier deseo. Una de las condiciones es que deberá estar a tu lado durante 31 días. La vida de Sofia nunca fue muy afortunada: sufre bullying en la escuela, tien...