|Uno.Dos.Tres

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[Kwon]

Nunca fui popular por mi paciencia, al contrario, la gente me desesperaba tanto y colmaban mi paciencia con sus estupideces.
Incluso en el instituto, al ser el jefe de grupo por ser tan serio, dedicado e hijo de quien contribuía más monetariamente, tenía todo lo que quisiera; todos hacían lo que quería y en los años siguientes eso no cambió.

Menos después de tomar el lugar de mi padre como cabeza de la empresa y de todos sus negocios luego de su muerte.
Claro que soy igual a él, bueno, a decir verdad soy mejor que él ahora.

Me gusta probar que puedo con todo y retarme a mi mismo, pero ahora tenía a un pequeño retando y terminando con mi amabilidad.

Una semana en la que fui demasiado flexible, ya que solo llegaba a casa para dormir por el trabajo que se llevaba la mayor parte del tiempo estos días; al llegar lo tenía en mi cama para dormir y realmente me subestima demasiado si cree que no noto cuando se levanta buscando una salida o si durante el día nadie lo vigila mientras intenta salir por el jardín.

Solo ocupa ser más estupido y realmente me hará llegar a mi límite, tal vez eso esté buscando...él o yo.

🖇

[Lee]

Era inútil.

Lo había intentado toda la semana ya; buscaba una forma, una salida, pero no lo había. Todo el tiempo estaba cerrado a menos que llegara el, pero cuando eso sucedía yo tenía que estar con el durmiendo.
Sabía que se había portado bien conmigo pero no creo que solo me quiera para dormir; trataba de quitar sus manos siempre y me sentía muy incomodo, solo quería salir ya de aquí.

Pero tal vez subestime todo y en especial a él, más de una vez.

Una vez. La puerta cerrada y nuevamente pregunto ¿que haces aquí?.
No respondí.

Dos. La ventana no abría y nuevamente ante su pregunta no respondí.

Tres. Sería mi tercer intento esta semana, esperaba que llegara tarde de su trabajo o de donde sea que esté.
Baje con cuidado, de nuevo con la pijama, ya que era lo único que me habían dado, eso y la ropa con la que llegue; camine con cuidado, era más tarde de lo usual y al parecer alguien estaba afuera, la puerta principal estaba entre abierta así que camine hasta ella.

Me asomé y no había nadie cerca, salí y sentí el frío por todo mi cuerpo; baje los escalones mirando a todos lados hasta que varios autos negros llegaron.

"Mierda, ¿que hago?"

Me agache a un lado de lo que parecía ser una maceta al lado de los últimos escalones.

De esos autos bajaron hombres y ahí estaba el, con un arma en la mano y más hombres con la cabeza tapada fueron aventados al piso.
No podía oír lo que decían, solo ver como eran golpeados y después de minutos atravesados por más de una bala.
Estaba claro que no podía salir por ahí o sería yo el próximo en el piso.

"Debo volver adentro de inmediato"

Con cuidado me levante y subí escalón por escalón, tratando de llegar a la gran puerta de madera oscura.

—¿Que haces aquí pequeño?— Su agarre en mi brazo fue demasiado fuerte esta vez.

—Señor, perdone, no nos dimos cuenta de cuando salió.— apareció un hombre, al parecer era uno de los sirvientes.

—Diles a todos que se vayan y recojan todo, no quiero basura en la entrada.— voltee un poco hacia arriba y tal vez no debí hacerlo, esa sonrisa en su rostro daba miedo.— Yo me encargare de esto.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora