|Nadie más

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Solo seguí corriendo, mi respiración era tan rápida que el aire parecía quemar hasta mi pecho, mis piernas temblaban ya y mis pies dolían.
Las personas comenzaban a ser más cada vez y todas me miraban.

Las luces me aturdían, el frío era más en cuanto comenzaba a oscurecer.

"¿Ahora? ¿A dónde se supone que iré?"

Tal vez debí préstalo mejor pero hasta ahora que me doy cuenta que no tengo idea de donde estoy, que no conozco a nadie, que siquiera se que preguntar o si pedir ayuda...me doy cuenta que debí pensarlo.

Peor aún, si el me siguió o me busca seguramente me ira peor.

Solo seguí caminando hasta que choque con una señora, algo mayor.

—Lo siento.

—No te preocupes. ¿Tú te encuentras bien?

No sabía que responder a eso.

—¿No tienes frío?

Entonces me di cuenta la ropa que llevaba...solo una tela cubriendo mi cuerpo. Con mayor razón las personas me veían tan mal.
Me ofreció un chal el cual me puse, ya que a decir verdad me sentía helar.

—Muchas gracias.

—Podrías ayudarme con las bolsas.

Dude un poco pero al final la acompañe, era un lugar muy diferente a los que había visto, las casas eran pequeñas y los niños descalzos en la calle. Hombres tomando en la calle pero casi perdidos por el alcohol.
Al llegar pase y me ofreció un café, varios niños se acercaron a saludarla llamándola 'abuela'.

—Muchas gracias por el café. Pero no quiero molestar.

—No te preocupes, además a estas horas es peligroso salir solo.

—¿Porqué?

—Bueno, siempre ha sido así supongo. Las personas son malas por alguna razón, algunos roban, otros matan...

—¿Porqué son malas?

—Yo también quisiera saber el porqué y hacer que no se volvieran así. No me gustaría que mis nietos crecieran en un mundo así, pero creo que es imposible.

—¿Las personas no pueden cambiar?

—Creo que si, que pueden hacerlo...pero solo superficialmente, realmente alguien que es malo desde el corazón no puede ser bueno por completo, menos si lo hace de un día a otro.— me sirvió un poco más llenando mi taza y ella tomó la otra.— Eso lleva tiempo, y sobre todo reconocimiento de la misma persona.

—Entonces, ¿tampoco puedo cambiarlo?

—No deberíamos intentar eso, es más egoísta que la misma persona. Porque solo tú quieres que cambie para que tú estés bien, eso no es ayudar del todo.

—Esto es muy complicado.

—Lo se, pero es algo que se aprende con los años.

—Supongo que es así...aún me faltará mucho...

—Dime, ¿Qué hacías solo tan tarde? Tú madre debe estar preocupada.

—Mmm, debería regresar...¿puede decirme donde estamos?

—¿De verdad no lo sabes? ¿Acaso escapaste de casa?

—Algo así...

—Estamos en el barrio 5to, no muy lejos de la avenida principal. Si quieres mañana te llevo de vuelta.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora