|¿Que soy?

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[Lee]

Desperté abriendo mis ojos de a poco, la luz me lastimaba y seguía sintiendo muy pesado y adolorido todo.
Al hacerlo pude ver a un hombre y me alarmé de inmediato.

—No, no se acerque.— apenas pude decir, mi boca y garganta estaban tan secos e irritados que dolían.—No me toque por favor...

—Tranquilo, soy el doctor que te está atendiendo. Además no estamos solos, aquí está una enfermera también.

Voltee un poco y pude verla, me sonrió un poco y continuó acomodando la jeringa en mi mano.
Vi que una pequeña manguera iba desde una bolsa hasta el dorso de mi mano; traía ropa puesta y varias cobijas.

—Toma un poco de agua y estas pastillas.

Tomé lo que me dijo y me volví a acostar.
Seguía teniendo demasiado sueño, así que volví a dormir.
Sentí que alguien me movió, al observar bien era la enfermera.

—Toma esto, es suero, lo necesitas para hidratarte.

Lo tomé y enseguida me dio una pastilla.

—Esta es una vitamina. Debes tomarlas durante cada comida.

Oí la puerta abrirse y Mei entro con una charola de comida. Entre las dos me ayudaron a sentarme y acomodaron la comida frente a mi.

—Bueno, lo dejamos comer. Necesito que venga conmigo a la cocina.

—Está bien. No tardamos.

Ambas salieron dejándome solo.
Vi la comida, lucia bien pero aunque pensaría que debía sentir hambre por no haber comido en unos días, no sentía nada, di el primer bocado y sentí nauseas.
No quería comer nada, solo quería seguir durmiendo.

Como pude me si la vuelta para dejar la charola en la mesita de al lado.
Volví a taparme, porque incluso mis pies parecían congelarse, me acomode y cerremos ojos de nuevo tratando de volver a dormir.

Al despertar había una nueva charola con comida, lo que al parecer era la cena. Pero no sentía hambre así que solo me voltee viendo como goteaba dentro de esa bolsa y bajaba por la manguera...

🖇

Supongo era otro día, y al parecer ya era tarde.

—Por fin despiertas, ¿como te sientes?

—Creo que un poco mejor.

—Bien, toma esto y bebe toda el agua.

Hice lo que me pidió y entró Mei de nuevo con comida.

—¿Aún no tiene hambre?— solo negué ante la pregunta de Mei. Pero antes de que se llevara la comida el entro y la enfermera salió.

—¿Que ahora no piensas comer nada? ¿Piensas morirte de hambre?— se acercó hasta tomarme del cuello de la playera, sentí mis ojos llenarse de lagrimas al instante.— Trágate la comida, ¿que acaso no te has visto? Estás hecho un asco.

—Señor...

—Acércale la comida.— Mei volvió a acomodar la charola y tomé la cuchara.— Come.

Tomé un poco de la sopa y comí, una cucharada tras otra, sentí que vomitaría en cualquier momento al intentar pasar.

—¿Que haces aquí Kwon?— un hombre de bata blanca entro junto con la enfermera.

—¿Ya puedes comer?— ella se acercó y me sonrió, pero estaba concentrado en no vomitar, en no devolver la comida sobre el mismo plato.

—Solo vine a ver cómo seguía.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora