|¿Premio?

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[Kwon]

Eran fin de semana así que no iría a la empresa, desperté algo tarde y el ya no estaba en la cama.
Me levante buscándolo en el baño y tampoco, la puerta solo estaba entre abierta así que me alarme; tomé mi bata y baje casi corriendo para encontrarlo con Mei arreglando la mesa para el desayuno.

—Buen día señor.

—¿Que haces aquí?

—Yo, baje a ayudar a Mei...

—Y me dijo que ya tenía hambre así que prepare el desayuno de una vez.

—Iré a cambiarme y ahora bajo.

Subí de nuevo, de verdad me inquietaba el no tenerlo a mi vista o cerca de mi cuando yo estaba en casa.
Al terminar estuve en mi despacho arreglando algunas cosas mientras el y Mei seguían en la cocina.

Espere a que fuera un poco más tarde.
Tal vez era buena idea salir un rato, llevarlo a comprar algunas cosas.
Mei dijo que era demasiado encierro para el, pero aún dudaba.

Al dar las 5pm le dije a Mei que lo vistiera con un pantalón largo, tenis, una playera de cuello y un abrigo.
Subí de nuevo para verlo; antes de entrar los oí hablar.

—¿Saldremos Mei?

—Si, iremos a un lugar muy grande a comprar algunas cosas.

—¿Los autos ya están listos?— entre y ambos guardaron silencio de inmediato.

—Si señor. Los espero abajo.— Mei salió dejándome a solas con el.

—Saldremos, creo que te has portado bien estos días, así que tómalo como un premio.— termine de acomodar su cabello y salimos.
Subimos al auto, detrás iba otro donde iba Mei y más hombres de seguridad, solo por si acaso.

🖇

[Lee]

Creí que era broma pero cuando subimos al auto y avanzamos, por el patio, era demasiado extenso hasta que llegamos a una enorme reja, la cual apenas de abrió dejando que el auto pasara. Había más hombres con armas y vestidos de uniforme negro.

Solo se veían árboles altos, hasta que salimos a donde había más autos, veía todo lo que podía; realmente ni recordaba el haber salido alguna vez y ver tantas cosas.

Las luces de los enormes edificios comenzaban a verse más.
Llegamos a un edificio muy grande y amplio con muchas ventanas enormes y luces. El auto se detuvo y el salió primero, luego habría mi puerta y baje, antes de dar otro paso me tomó de la mano; otro auto se detuvo y bajo Mei junto con otros dos hombres.

—Iremos a comprar algunas cosas. No quiero que te separes de mi ni de Mei, ¿entendido?

Entramos y subimos por unas escaleras hasta una tienda de ropa.

—Necesito dos trajes, uno negro y uno gris.

El hablo con una chica muy linda que supongo estaba atendiendo.

Camino por los pasillos sin soltar mi mano, veía cada prenda y luego me veía.

—¿Que color te gusta más?

—No lo se, todos son lindos.

—Creo que te vendría bien este...—regresándonos a donde estaba Mei.— acompáñalo a que se pruebe esto, iré a la otra sección a ver los abrigos.

—Si señor.— ella tomó mi mano y me llegó a un lugar de pequeños vestidores.— entre y pruébese esto, aquí lo esperaré.

Hice lo que me dijo, tomé la ropa y entre. Antes de cambiarme vi que faltaban los zapatos así que salí de nuevo.
Pero no vi a nadie, Mei no estaba... camine más y vi la puerta de salida.
Tal vez, esta vez podía.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora