|Conforme

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[Lee]

Supongo que iba a llegar a esto.

Tal vez el tenía razón...tiene razón después de todo.

Estos días no me había tocado, bueno casi no. Las veces que llegaba a golpearme, al día siguiente tapaba las marcas después de haber puesto pomada o algún ungüento y de darme algunas pastillas.
Según Mei también eran vitaminas, seguro las necesitaba, las veces que me veía al espejo me veía tan delgado...a pesar que había comido una vez cada día, pero solo cuando el estaba.

Salí de mis pensamientos cuando Mei entró, esta vez era ella la que venía a ver la marca en mi abdomen, la misma que me había hecho el ayer cuando se molestó después de una llamada y yo simplemente estaba ahí...no fue demasiado porque aún me puedo levantar.

—Buenos días.

—Buenos días, ¿el no está?— pregunté porque era el quien hacía esto cada mañana.

—Hoy tuvo que salir muy temprano.— se sentó a mi lado y levantó el camisón, si el mismo que traía desde hace quien sabe cuantos días. Puso el frío ungüento sobre la marca rojiza que comenzaba a tener un tono más oscuro, con cuidado s diferencia de el.— ¿Duele mucho?

—Si, un poco...Mei, tu, ¿tú podrías ayudarme?

—¿Con que cosa?

—A salir.

—¿Quiere salir?, el señor no a dado permiso de que salga, solo de que baje a la sala de estar y al comedor.

—Me refiero a salir de esta casa, a irme.

—¿Aún quiere irse?

—El es malo, yo no quiero estar con el, ¿acaso no me entiendes?

—El no es malo.— continuó limpiando con algo de algodón y gasas.— Entiendo a lo que se refiere, no crea que yo estoy de acuerdo con lo que hace o de su lado, pero yo he estado con el desde que era un niño.

—¿Eres tan mayor?

—Un poco, ¿no parezco? ¿O cuantos años cree que tiene el señor?

—No lo se. Pero ¿porque llevas tanto tiempo aquí si no estás de acuerdo con el?

—Yo llegue aquí porque mi madre trabajaba para el señor de esta casa, o sea el padre de Jiyong. El nació después, cuando yo ayudaba a mi madre a limpiar y hacer mandados.— bajo el camisón y me dio una pastilla y un poco de agua.— Su padre me pidió que cuidara de él, así que lo hice, el salía y yo me encargaba de cuidarlo, de darle el biberón, de cambiarle los pañales e incluso de llevarlo a la escuela cuando creció más.

—¿Y su madre? ¿Porque ella no lo hacía?

—A ella jamás la vi, no claramente, mucho menos Jiyong la conoció; solo era el y su padre, las sirvientas que limpiaban y lo cuidaban y los hombres encargados de la seguridad. Prácticamente fui su nana, desde que era bebé hasta ahora.— ella suspiró pesadamente y me miró directamente.— Yo entiendo que lo que le hace esta mal, pero aún así jamás había visto que se fuera más tarde de lo habitual al trabajo para cuidar de alguien.

—¿Cuidarme? ¿A mi?

—El siempre se va temprano, pero estos días a esperado a que despierte para verlo y traerle las medicinas.

—¿Debería estar bien no?

—Solo digo que no se rehusé demasiado, si no lo hace el estará bien y usted también.

—Eso trató de hacer Mei...deberás.

—Siempre que ocupe algo, solo llámeme.

—¿Va a llegar temprano?

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora