Diet Mountain dew. [Batman AU/ Batjokes.]

°Capítulo 8

"...Podría hacer que tus ojos brillen~"

El murciélago cayó encima del payaso derribándolo con fuerza para después mirar a los otros dos villanos, los cuales se sobresaltaron y se miraron mutuamente por un momento. Luego de sonreirse y asentir miraron al murciélago, dieron media vuelta y comenzaron a correr tras el arma que yacía en una urna.

El caballero oscuro se levantó sin mirar a su nemesis, intentó dirigirse dónde el Acertijo y El Pingüino, pero fue agarrado por un pie haciéndolo caer, sintiendo un peso encima de su estómago.

"Lastímame y dime que..."

—Por fin luego de tiempo —tenía un cuchillo en su mano —Ahora eres mío. —intento apuñalar a su contrario pero sus manos fueron detenidas.

"Soy tuyo~"

Con fuerza abrió de par en par los brazos del Príncipe Payaso del Crímen y le encajó un fuerte cabezazo, haciendo que se disloque la nariz y le salga sangre a este, lo apartó de un empujón mientras esté reía para después escupir la sabré nasal que manchaba el recorrido hacia sus labios ya pintados de carmesí. Se levantó a la par que su enemigo, el cual fue a apuñalarlo de nuevo, está vez esquivando el golpe que le iba a proporcionar.

"No sé por qué, pero me gusta"

El peli-verde sonrió aún más, no tenía casi palabras del vigilante, solo miradas silenciosas llenas de molestia y prisa. Se le notaba preocupado...

De mientras, el amante de los puzles ya tenía en sus manos el arma de plasma, mientras que Oswald preparaba su paraguas. Edward del bastón en forma de signo de interrogación abrió la bolita y pulsó el botón, rompiendo así la parte de la pared al exterior. El hombre murciélago al oír eso agarró del cabello al Joker y estrelló su cara contra la entrada al lugar, haciendo que este se queje por unos segundos.

—¡Adiós Batman! Suerte con el boom —se inclinó levemente el Acertijo, se abrazó al más bajito y salieron por la ventana, volando con el paraguas el cual se movía como la hélice de un helicóptero.

—¡No! -dejó al payaso en el sitio donde lo golpeó y corrió dónde ellos pero ya era tarde; estaban lejos —Maldita sea...

Se empezaba a escuchar un tik tak, parecía que había un reloj en el lugar, posiblemente otra bomba. Esto alarmó al murciélago el cual miró dónde había dejado a su archienemigo.

"Me asusta..."

Su pulso estaba acelerado, escuchaba este tik tak más fuerte, entonces se aproximó al peliverde...

"Dios mío, eres divino. Dámelas, dámelas, las drogas y los diam..."

¡Boom!

***

Se podía escuchar un pitido agudo y aturdidor, la vista era borrosa. Unos guantes de color morado del propietario de tal mala vista se colocaron delante, ensangrentadas.

Todo daba vueltas hasta que notó una gran calidez en su mejilla, una mano acariciaba está con sumo cuidado y entre la borrosidad podía apreciar una sombra. De a poco empezó a notar el peso que tenía encima desde la explosión, su respiración era entrecortada y de la nada empezó a toser.