Capítulo uno

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LA NOCHE LLUVIOSA

6 MESES MAS TARDE

Chocamos las copas, nos abrazamos, besamos y nos deseamos un feliz año nuevo entre los integrantes de mi familia. Ninguno lo podía creer, el año se pasó tan rápido. Mi año lo pasé en el cole, eso fue lo malo, ya que, me tenía que despertar muy temprano. Quitando ese pequeño detalle fue un buen año.

-Feliz año, Juli- Me abrazó mi hermano después de decirme eso, él siempre me ayudó en todo, hasta para distraer a mis padres mientras yo saltaba de la ventana.

- Feliz año, hermanito- Se puso rojo, no sé si del enojo o de la vergüenza.

-Cuantas veces te tengo que decir que no me digas hermanito, me quita autoridad- Y después de decir eso se fue totalmente indignado.

-¿Qué autoridad?- le grito riendo, ya que, él estaba ya un poco lejos. Veo que me muestra el dedo del medio. Que grosero.

Hablo un poco más con mi familia y a las dos horas nos vamos para casa. Después de un viaje de media hora en auto llegamos a nuestro hogar, voy directo a mi habitación después de despedirme y me pongo el pijama.

Me encantan los días lluviosos, el ruido de la lluvia cayendo hacia el suelo, el vientito fresco que se forma, el sol tapado y la tranquilidad que da. Como cada vez que llueve me gusta ver por la ventana la lluvia caer, así que, me asomo por ella.

Lo primero que veo, que no es mucho ya que son casi las tres de la mañana, es la sombra del pino de mi casa, pero tiene una forma medio rara, como si algo estuviera atrás de él.

De repente me acuerdo de ese día, en realidad de esa tarde lluviosa en la que cuando me asomé vi algo, una sombra. Sí, tenía que ser la misma sombra.

Con toda la valentía que nunca tuve decidí ir al patio a ver qué era eso que estaba atrás del pino de mi jardín. Voy escaleras abajo, trato de no hacer ningún ruido y agarrar el paraguas, abro la puerta y me dirijo hacia el jardín.

Veía la sombra, estaba ahí, a unos pocos metros de distancia pero cuando ya estaba acercándome más escucho la puerta abrirse y del susto grito.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH.

-JULIETA- gritó mi hermano al verme- ¿Qué haces ahí, loca? ¿No ves que está lloviendo o sos ciega?.

-Sí, ya sé que está lloviendo, Lu, por algo tengo paraguas- Y le señalo el paraguas.

-Bueno igual, no quiero ni saber que hacías acá, veni y entra.

.Está bien- me doy vuelta y la sobra no está más, tal vez sí que estoy loca.

A la mañana siguiente tengo un mal presentimiento, de paso tuve pesadillas, las mismas de todas las noches lluviosas. Eso es lo que menos me gusta de la lluvia.

Me despierto a las diez de la mañana y bajo a desayunar, estoy de vacaciones da igual la hora que me levante. Hoy ya no llueve, solo está un poco nublado pero hace demasiado calor.

Escucho que del patio unas voces, las voces de los amigos de mi hermano. Están en la pileta, con el calor que hace yo también voy a ir a meterme, así que, cuando termino de desayunar me pongo la maya y voy hacia la pileta.

-Hola, chicos- los saludo animadamente metiéndome en el agua.

-Hola, Juli. ¿Cómo estás?- Y qué raro que el primero que me saluda sea Tomás, el que nunca me deja en paz, pero no de mala manera, siempre me hace reír con lo que dice.

-Bien, Tomi.

-Vieron chicos, me dijo Tomi- Y daba saltitos en el agua- Vieron que le caigo mejor que a ustedes, algún día la voy a conquistar. Cueste lo que cueste.

La tarde lluviosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora