-¡Noelia!
Todas exclamaron al verme y me abrazaron de inmediato
-¿Dónde te habías metido en el primer recreo?
-Estaba enseñando a Isaac un poco todo esto.
-¡Es verdad, el chico moreno!- dijo Paula.
-Me estoy perdiendo mucho, no se de que habláis.
-El chico de los coches de choque que me saludó
-Ah vale.
-Nos le tienes que presentar porque como está ese chaval no es normal.
Estaba riéndome cuando me sonó el móvil
-¿Si?
- Buenos días ya hacía mucho que no oía tu voz
- Buenos días Asier. Tienes toda la razón
- Había pensado que si querías puedo ir después de que acabes el instituto y llevarte a comer algo
- Lo siento pero no creo que mi hermano me deje.
- Al menos preguntale, el no ya le tienes.
- Pero si le digo eso va a sospechar que estamos juntos.
- ¿Qué más da eso? ¿A caso no es así?
- Ya te dije que a mi estás cosas no se me dan bien y no quiero que mi hermano se entere de lo que tengo o no tengo contigo
- Entonces yo tengo que estar siempre que tú quieres pero tú no quieres venir porque no te apetece decir a tu hermano que vienes conmigo.
- Si se lo digo va a ser peor porque que no os llevéis del todo bien no ayuda.
-Mira haz lo que quieras pero me estoy cansando de este juego.
- No es un juego
- Si hasta tienes miedo si estamos por tu ciudad de ir de la mano juntos por si te ve algún conocido.
-Te dije lo que había desde el primer día.
- Escúdate en lo que quieras pero ten cuidado si luego es demasiado tarde.
-Adiós.- dije rápidamente para colgarle
Me quedé un poco pálida y apagada. Realmente tenía ganas de llorar, no me gustaba que la gente se enfadara conmigo y menos él pero no podía evitar tener miedo a que mis padres o mi hermano se enteraran. Eso no podía pasar.
Nerea se acercó a mi.-Friki, ¿ qué te ha dicho?
- Nada, no te preocupes.
- No tienes cara de que todo esté bien.
-Es una chorrada, no te preocupes.- sonó el timbre, ya solo quedaban dos horas.-Me voy ya a clase, luego te veo.
-Vale fea, pero luego hablamos.
Me fui hacia mi clase sin decir más porque seguramente luego no tuviera ni ganas de hablar con nadie. En realidad tan si quiera en ese momento tenía ganas de hablar con nadie y me supuse el infierno de clase que me esperaba.
Cuando llegué Isaac estaba sentado en mi sitio al lado de la ventana, lo cual me irritó pero inspiré profundo, no iba a pagar con él mi enfado o disgusto.
-¿Me has echado de menos?
- La verdad es que no.
- Que mal mientes.
No dije nada al respecto y me puse a garabatear mi cuaderno.
-¿Pasa algo? No es muy habitual que estés tanto tiempo callada.- dijo cuando había pasado media hora de aquella eterna quinta clase.
- Que va.
-Sigues mintiendo penosamente mal ¿Qué pasa?
-Nada, no me apetece hablar de ello.
-Bueno, luego si quieres me lo puedes contar.
- Creo que bastante tendrás con tus propios problemas como para empezar a contarte cosas que no te importan una mierda. Así que para que hacer un paripé a ti te da igual y mis cosas las tengo que arreglar yo.
- Pues tú sabrás pero si te pregunto es por algo, yo no te debo nada como para preguntarte solo por cumplir. Y sí, tienes razón lo tienes que arreglar tú, siento el preocuparme.
Ninguno de los dos dijo nada. Cuando acabó quinta se fue y el día siguiente no vino a clase, no le pregunté a mi hermano por qué no había venido, no me atreví. Después fue y estuvo las seis horas pero no me miraba y yo no sabía como pedirle perdón, sabía que me había pasado y mucho. Con Asier las cosas eran raras, él me hablaba tan normal pero yo a él no, tan si quiera me lo había notado.
Era jueves por la tarde, nos mandaron a Alba y a mi ir a entrenar con las juveniles. Fue un entrenamiento duro y acabé reventada.
-Alba, ¿te vienen a buscar?
- Sí pero va a tardar un rato.
-¿ Vamos a dar una vuelta y así haces tiempo a que vengan?
-Vale pero nada de compras por favor.
-No, descuida.-reí.
- Es que lo odio con todas mis fuerzas. Por cierto, ¿qué te traes tú con Asier.
Me quedé helada, no me lo esperaba para nada. Tan si quiera sabía que le conociera y aún no la había contado nada.
-¿Yo? Nada, ¿por?
-Como el otro di te trajo en coche y tal. Además él es mi vecino y fijo que anda con alguna chavala, pensé que igual eras tú pero bueno, olvídalo.
-En realidad sí que estoy con él pero no digas nada por favor.
Ella se rió en una carcajada, la dije la verdad porque si había una cosa que odiaba era la mentira. De todas formas me parecía que me podía fiar de ella, me caía bien.
- La verdad es que también os vi un día paseando de la mano ¿Qué tal os va?
Empecé a contarla todo un poco y estuvimos charlando de todo y de nada en concreto hasta que su madre vino a buscarla. Me despedí de ella y pedí un taxi.
Cuando llegué a casa mi hermano me echó la bronca de vena padre que a veces le salía "Porque no puedes estar hasta las tantas sin avisar", "Estaba muy preocupado", "Te podía haber pasado algo y yo sin saberlo", etc...En realidad no le escuché demasiado solo pensaba en que tenía ganas de que llegara el día siguiente para por fin hablar las cosas con Isaac, estaba decidido.

ESTÁS LEYENDO
Princesa en la pista
RandomCerré los ojos, estaba nerviosa, muy nerviosa. No estaba segura de lo que se suponía que debía hacer. Me levanté de la cama y me puse las rodilleras, el culote y mi camiseta. Cuando me miré al espejo sonreí. Yo era ese número, estaba con mi equipo...