Al principio me pareció una idea genial no tener que jugar con mi hermano pero luego reaccioné, ¿tenía con jugar con Isaac?
Él en pista me encantaba pero no me acordaba de cómo era en playa. En ese momento me puse de los nervios
-¿Vas por cuatro o por dos, Noelia?
-Me da igual.
-¿De qué juegas?
-De cuatro
-Pues no se hablé más. Mira, cuando bloquee te marcaré con cada mano lo que bloqueare a cada uno. Si pongo un dedo bloqueo línea y si pongo dos diago.
-¿ Y dónde me pongo?
- Como en pista, fuera de la sombra del bloqueo y atrás vascula atenta a su brazo y su mano.
-No sé si sabré...
- Venga anda que lo importante es pasarlo bien.
Dijo mientras me revolvía un poco el pelo. Yo resoplé pero no me quejé, intenté concentrarme. Empecé sacando a Saray porque no me apetecía que mi hermano rematara. Confiaba en que ella pegara y se encontrara con las manos de Isaac bloqueando pero hizo una finta corta a la esquina. Intenté llegar pero no lo conseguí y me comí toda la arena de la playa.
Así fue una y otra vez aunque cada vez iba llegando a más bolas pero no me sentía bien, Saray me daba mil vueltas y ya mi hermano...
-Chicos, ¿ paramos un poco?- dijo ella.
-Sí, me parece buena idea.
Mi hermano estaba que se le caía la baba con ella. Era de suponer que fuera a darle la razón.
-¿Pasa algo Noe?
-No, está todo bien
-Chicos ahora venimos que vamos a comprar algo.
No pude evitar reirme. Mi hermano pensaba que era tonta pero sabia perfectamente que esos dos podían hacer de todo menos ir a comprar. Isaac también se río.
-Vale, vale. Comprame patatas o algo.
-Sí, sí, adiós.
Ellos dos se fueron y yo me quedé con Isaac un tanto nerviosa.
Me quedé mirándole un buen rato. Su físico era perfecto y aparentaba ser más mayor de lo que era, no tenía cara de niño como mi hermano, se le veía centrado, maduro... Inalcanzable.
-¿Qué te apetece hacer ahora?
-¿Te soy sincera?
-Sí, por favor.
-Me apetece hacer volteretas.
-¿Qué?- dijo riéndose con cara de asombro
-Es eso o tirarme desde aquél montículo de arena gritando soy un rollito de primavera.
Él no pudo aguantar más la risa y estalló a reír en carcajadas. En ese momento yo me di cuenta de lo estúpido que debió sonar y me empecé a poner roja.
-¿ Siempre estas tan loca?
-Yo no estoy loca.- dije con voz de niña pequeña. Él por su parte seguía riéndose. -Tú preguntaste, yo solo he dicho lo que me apetecía no es para tanto.- justo en ese momento yo empecé a reír también
-Ya veo que lo de la locura es hereditario porque tu hermano también tiene lo suyo...
-No le compres con mi hermano lo mío es transitorio lo suyo es crónico.
Pensé que antes se reía fuerte pero a partir de esa broma si que empezó a reír fuerte. No paraba y no sabía que hacer así que le tiré arena y juraría que bastante de ella cayó en su boca, así que me reí yo.
-Ufh Noelia, no sabes lo que acabas de hacer.
Empecé a correr lo máximo que me daban las piernas mientras me reía. Él me perseguía y se tiró agarrando mi pie y tirandome a mi ( dolió mucho)
Cuando caí sobre la arena no soltó mis pies y empezó a hacerme cosquillas en ellos.
-¡No! Por favor sueltame. Seré buena lo prometo.
-Lo siento pero te va a dar igual me gusta tu risa.
Siguió un buena rato, me dolía el estómago de reírme y estaba como si me hubieran dado una paliza.
-Venga levanta.
-¿Ahora después de tirarme que me levante no? Al menos ayudame.
Estiró una mano la agarré y me ayudé de ella para levantarme.
-Creo que hoy ya has aprendido la lección.
-No te tengo miedo machote
-¿Segura?
-No, ni un poco.
-¡¡¡¡¡¡NOOOEEEEE!!!!!!!
Me giré al oír a alguien llamarme. Era Asier, que oportuno.
-Parece que tu amigo te llama ve a saludarle pero no tardes mucho no se si habrán llegado ya tu hermano y Saray.
Lo había dicho más serio, era un chico difícil de comprender a veces me ignoraba otras aparecía detrás de mi... No lo entendía pero tampoco me preocupaba.
-Hey Asier
-¿Cómo tu por mis tierras?
-He venido con mi hermano a jugar un rato.
-Si me hubieras dicho algo podíamos haber dado una vuelta.
-Ya pero ahora no le haría gracia. Además estoy haciendo tiempo con Isaac a que venga de comprar algo.
-Te dejo entonces. ¿Te veré pronto?
-Claro que sí dije sonriendo.
Fui a irme pero el me agarró la mano y me dio dos besos en las mejillas. Tanto contacto me ponía de los nervios. Falta de costumbre supongo. Yo le sonreí y me fui.
-¿Ya?
-Perdón señor mal genio.
-Tú no sabes cómo soy yo de malas y reza para no comprobarlo.
No dije más y fui donde mi hermano que ya había llegado con Saray.
Estaban recogiendo la red y menos mal porque no me apetecía nada jugar con ese idiota. Era un flipado, un engreído, un iditota y... Y... Muchas cosas más que ahora no se me ocurren.

ESTÁS LEYENDO
Princesa en la pista
De TodoCerré los ojos, estaba nerviosa, muy nerviosa. No estaba segura de lo que se suponía que debía hacer. Me levanté de la cama y me puse las rodilleras, el culote y mi camiseta. Cuando me miré al espejo sonreí. Yo era ese número, estaba con mi equipo...