Princesa en la pista

Barbacoa

-Buenos días preciosa.

-Hola Asier.

-Había pensado que si querías podíamos ir a dar una vuelta y luego podemos ir a mi casa a ver una peli o algo.

-Ya lo siento pero es que le dije a mi hermano que iría con él fuera el fin de semana.

-Nunca quedamos.

-Lo siento pero es que siempre se cruza algo.

-Últimamente me estás dejando claro quien siente más de los dos.

-¿Qué?

-Siempre hago todo lo posible por ir a verte y tú ni vienes ni puedes cuando yo voy.

-Eso no tiene nada que ver con sentir o no sentir, me gustas.

-Pero nunca me lo demuestras.

-¿Qué quieres que haga? A mi hermano y a mis padres les daría un patatus.

-No les metas en esto Noe, son tus miedos los que no nos dejan avanzar nos hemos estancado. Bueno, te has estancado

-¿Y qué propones?

-No lo sé joder, yo te quiero.

-Pero dudas de mi

-¿Cómo no lo voy a hacer? Si es que me rehuyes

-Si piensas eso todo esto no tiene ningún sentido.

-¿Qué?

-Creo que ya no merece la pena luchar por algo si tú no crees en mi.

-Mierda, no es eso. Yo no digo eso pero es que desde que pasas tanto tiempo con Isaac y con Alba parece que te has olvidado de mi.

-Solo confirmas lo que digo

-¿Entonces ya está?

-Sí, me he cansado de luchar por algo que no funciona.

-De puta madre...

-Adiós

-¿Sabes? Lo mejor es que después de todo lo que he hecho por ti parece que ya no vale nada. Eres una niñata que no sabe lo que quiere. Ojala no hubiera quedado ese día contigo en las fiestas

No respondí no podía dejé el móvil en la mesa y me senté en mi cama llorando. Lloraba por algo que desde el principio supe que no iba a funcionar...

-¡Noe! Baja que Isaac ya ha llegado.

-En cuanto pueda voy Dy.

En realidad no me apetecía levantarme de la cama.

Mi hermano sabía que me llevaba con Isaac tan bien como él o puede que más. Íbamos a ir el fin de semana a una casa rural en otra comunidad con algunos de los que fueron sus compañeros de equipo con la selección y unas chicas de donde tenían la residencia. Obviamente mi hermano se opuso en principio a que fuera con ellos pero Isaac le empezó a convencer y yo rematé diciéndole que si no llamaría a nuestros padres.

Maldita sea, ya no quería ir, tenía la mochila y todo preparado pero ya no me apetecía. Oí como mi hermano abrió la puerta a Isaac y posteriormente este subía a mi cuarto. Era fácil de distinguir a cuando subía mi hermano porque Dylan parecía un elefante subiendo escaleras del ruido que hacía. En un intento de esconderme me metí debajo de las sábanas.

-Venga Noelia que tenemos que irnos

-Ya no quiero ir.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes esa vocecilla?- dijo mientras me destapaba con las sábanas.