Para entender bien esta historia empezaremos echando un vistazo atrás. Yo soy de esas chicas que cumplen años uno de los últimos días del año asi que cuando empecé mi segundo año de cadete aún tenía 15 años.
-Este va a ser un gran año, último año de selección, campeonato puede que playa.
Iba comentando con una amiga mientras íbamos a entrenar.
-Jope, que suerte... ¿Es verdad que hay otro entrenador?
-Eso he oído, pero bueno, eso no importa. Sea quien sea solo espero que sea duro
-Eres al revés del mundo.
Mi amiga se llamaba María, era una chica muy simpática pero no llevaba demasiado tiempo jugando. Se apuntó cuando pudo aunque para mi forma de verlo tarde, aunque claro, yo llevaba metida en una pista desde los 6 o 7 años. Incluso más porque tenía un hermano mayor, Dylan que también jugaba. Me crié en pabellones y esa era toda mi vida. Todo giraba entorno a esa red.
-Es mejor que sea duro, quiero aprender. No quiero ir a pasar el tiempo.
-¿Crees que saldrán dos equipos?
-No tengo ni idea, pero vamos tarde, espabila.
Aún era verano, íbamos al primer entrenamiento de la pretemporada y menos mal. Necesitaba entrenar, estaba que me subía por las paredes. Porque aunque jugara en playa tenía ese mono de la pista.
Cuando llegué al pabellón me sentí como en casa. Esa sensación de que el pabellón era mío, mi escenario donde había vivido momento tan grandes.
Llegamos tarde, mierda. Todas estaban en un semicírculo con dos entrenadores sentados. Uno de ellos me resultó muy familiar había sido entrenador de mi hermano el año pasado. El otro chico no tenía ni idea de quien era. Intentando no hacer ruido me senté y escuché la parte final de su presentación. Cuando acabaron empezamos el entrenamiento. Yo me puse al lado de las chicas que habíamos estado en el primer equipo el año anterior.
-Chicas, ¿qué tal?
-Noeliusss ya era hora de verte el pelo.- dijo Miranda. Esa chica era la mejor del equipo a ojos de mucha gente, tenía un ataque increíble, su forma de armar el brazo sencillamente perfecta.
También estaban Paola, la colocadora, colocaba bien o al menos me había acostumbrado a ella. Marta, unas veces líbero, otras cuatro, otras central no tenía una posición fija pero podía acabar jugando de cualquier cosa. Cristina, era la opuesta y era bastante buena. Finalmente Ale, bueno Alejandra, ella era la posible líbero aunque no estaba muy claro.
Me fijé en tres chicas que habían pasado de infantiles posiblemente ellas jugaran con nosotras. Había oído maravillas de esas tres sobre todo de una. Alba, era una central que tenía un salto increíble, el año pasado era la mejor de su equipo y seguramente lo fuera a ser del resto solo esperaba que no vendría con aires de diva. Luego estaban Sofía, o Sof, con la que ya había jugado otro año era cuatro u opuesta, posiblemente con ella me tendría que ''pelear por mi puesto en campo''. Estaban al lado de Nayara una colocadora con mucho talento, me encantaba su toque de dedos.
El entrenamiento no fue nada del otro mundo, solo hicimos los míticos ejercicios para ver nuestro control de balón. Luego empezaríamos con la pretemporada. Fui andando a casa con María que era mi vecina.
-¿Sales luego?
-Sí, creo que sí al menos. Te hablo cuando sepa.
-Vale perfecto.
Al fin llegué a casa y me pude dar una ducha. Aún era Septiembre y seguía haciendo calor asi que escogí un vestido.
-Noelia, ¿dónde vas?
-He quedado con estas
-Bueno vale, pero llamame luego
-Descuida, estaré por las fiestas
-¿Empezaban hoy?
-Sí.-la di un beso y salí de casa. Llamé a la puerta de María y ella también salió.
-Estas fiestas tienen que ser épicas Noe
-Dices eso todos los años.
-Lo sé pero creo que van a ser diferentes. ¿Qué tal con Asier?
Asier era un chico que había conocido en verano y me caía bien pero no quería tener novios y además no podía verle desde esa óptica. Él jugaba a voley, de eso le conocía pero nunca antes había hablado con él. Empecé a hablar con él a raíz de un campus y desde entonces hablábamos todos los días
-Como te gusta el tema. Pues nada, sigo hablando con él.
-¿Va a venir hoy?
-Ni idea no le he preguntado por eso, supongo que no.
Vimos al resto de la pandilla. Éramos casi siempre 5 o 6 chicas aunque a veces quedábamos con algún amigo de clase.
Después de ver el chupinazo que daba por arrancadas la fiestas dimos una vuelta por las fiestas. Una de las chicas, Laura estaba ansiosa por comer algodón de azúcar asi que la acompañamos a comprarlo y nos sentamos en unos asientos viendo a la gente en los coches de choque.
-Paula, sube conmigo
-¿Noe, hablas en serio?
-Porfiiii, mira a esos chicos, están pidiendo a gritos un golpe
Esos chicos eran 5 chicos, mayores unos 17 pero eran guapísimos. En cuanto Paula se dio cuenta de este detalles subió sin pensarlo a los coches cogimos 10 fichas, aunque sobraran podríamos guardalas para otros días. Los chicos se dieron cuenta de nuestro plan y se subieron cada uno a un coche diferente. Ellos se estaban partiendo de risa pero nosotras no nos quedábamos atrás. En la siguiente partida vi que con uno de los chicos se subía un chico Isaac. Ese chico jugaba a voley, seguramente no supiera ni de mi existencia pero yo sabía casi todo de él. Jugó con mi hermano pero le llevaron con la selección española juvenil y ahora había vuelto fichado por el equipo senior aunque jugaría también en el juvenil.
-Paula, el moreno es mío.
-Para ti entero yo quiero dar al del coche 22
Cuando bajamos esos chicos nos seguían.
-Nos están siguiendo.
-¿Cómo nos van a seguir? Fijo que es por casualidad
-Pero si llevan por detrás desde que salimos de los coches.
-Esto es fácil nos sentamos en ese banco y lo comprobamos.
Comprobado, se sentaron en el banco de al lado. De pronto Isaac se levantó y vino frente a nosotras.
-Tú eres Noelia, ¿no?
-Sí, la hermana de Dylan.
-Ya, hacía mucho que no te veía, ¿sigues jugando?
-Sí, claro.-Era idiota solo le respondía con eso pero es que mis mejillas estaban ardiendo
-Bueno, me alegra, eso quiere decir que nos veremos. Bueno no te molesto más, hasta pronto.
Como vino se fue pero yo tenía mi cara de incredula. María tenía razón estas fiestas pintaban bien.
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Princesa en la pista
عشوائيCerré los ojos, estaba nerviosa, muy nerviosa. No estaba segura de lo que se suponía que debía hacer. Me levanté de la cama y me puse las rodilleras, el culote y mi camiseta. Cuando me miré al espejo sonreí. Yo era ese número, estaba con mi equipo...