Princesa en la pista

Final

-Entonces sólo dime que sí. Sé que sientes algo por mi. Déjame conquistarte cada día y verás como no te arrepientes.

-Vale pero, ¿qué esperas de todo esto?

-Sentir de una vez que estoy haciendo lo que siento y no irme cada día a la cama pensando en lo idiota que soy. No tengo prisa, no necesito que me digas que me quieres desde hoy o que me beses ya. Sólo quiero que me dejes enamorarte.

-¿Y si sale mal?

-¿Y si sale bien?

-Vale... Pero esto es muy raro.

-Venga, vamos a por tus amigas que se estarán preocupando.

¿Acababa de darle permiso para que hiciera que me enamorara de él? Esa no era mi idea de amor, aunque ese chico me gustaba, me atraía. Así que, ¿por qué no ceder a su extraño plan?
Cuando encontramos a mis amigas se quedó un rato con nosotras y me despidió con un beso en la mejilla.
En ese momento me di cuenta de una cosa que haría de mi vida algo mucho mejor. No estaba dispuesta a renunciar a ese chico.

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Puedo decir que no soy el vivo ejemplo de "los sueños se cumplen" y me niego a mentir sobre ello. Quizás este no es el final tan bonito que esperas o te gustaría que se desarrollará más las historia pero a veces los momentos se quedan en la memoria como cicatrices en la piel...

Puedo decir que el voleibol siempre fue parte de mi vida y lo seguirá siendo pero no siempre el esfuerzo lo es todo. Hay mil factores que determinan que una persona pueda llegar a rozar un sueño pero al final acabe cayendo al suelo. Siempre hay apoyos, gente que te dice que no tienes lo que te mereces pero aún así esa es la realidad y sólo queda seguir luchando por cambiarla día a día.
Isaac fue mi gran apoyo mi motivo para sonreír y mis ganas de luchar. Sin él... No sé que hubiera sido de mi sin él. Nos hemos convertido en un dúo que se complementa a la perfección y espero que eso no cambie nunca.
Mi hermano al principio se enfadó con él y conmigo pero no tardó mucho en asimilarlo.

Siento que esto no sea el final perfecto que esperaís pero a veces simplemente las cosas que te destruyen poco a poco es mejor evitarlas. Aún así os diré una cosa, cuando creaís que todo va mal, que ya nada merece la pena pararos a pensar en la gente que os quiere. Los buenos momentos que habeís vivido hasta hoy. Los momentos buenos y malos nos hacen ser lo que somos y de ellos salimos más fuertes.