Lo siento

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Al fin llegó el viernes. Llegué tarde a clase pero la profesora me dejó entrar, menos mal, una hora en la biblioteca y hubiera muerto de sueño.
Isaac estaba sentado apuntando lo que ponía en la pizarra, parecía hasta responsable.

-¿Podemos hablar?

-Luego

-Vale.

No insistí porque lo dijo serio, seco y no quería ser una pesada. Estuvo diciéndome que luego hablábamos hasta que cuando acabó la cuarta hora de clase no puede aguantar más.

-¿Podemos hablar ya?

-Prefiero luego.

-Pues no, jope Isaac quiero arreglar las cosas.

-Entonces coge tu mochila

-¿Para?

-Vamos a dar una vuelta y así hablamos tranquilos.

-Pero tenemos clase.

-No va a pasar nada. Coge la mochila.

Lo hice sin objetar nada más porque en realidad me apetecía irme con él. Bajamos al parking donde estaba su coche y subimos.

-¿Por qué estos días tan seco y hoy sin aún haberte dicho nada quieres que vaya contigo?

-Porque no me gusta hacerme el indignado y estaba esperando a que me hablaras. Pero me gustaría oir tus disculpas.

-¿Bromeas?

-No, no me gustó como me contestaste.

-Lo sé y perdón, me pasé.

-Mira Noe me caes muy bien y quiero ser tu amigo. Las cosas que te pasan no me importan una mierda y menos si estás mal por algo.

-Sé que me pasé pero estaba agobiada en ese momento y no me apetecía hablar. Lo pagué contigo y lo siento.

-¿Qué te había pasado?

-Es que Asier quiere que le cuente a Dylan que estoy con él pero yo no quiero.

-¿Tienes miedo?

-Sí.

-Si él no te quita los miedos es porque no es la persona que buscas o necesitas.

-Pero me cuida

-Pero si crees que le quieres, que aún no estoy convencido de eso, sabes que no le amas.

-No creo que de todos modos encuentre nadie tan bueno como él.

-Podrías encontrar a mil tíos y alguno te haría sentir mejor que el.

-La verdad es que creo que no.

-¿Apostamos?

Aparcó el coche al lado de unos jardines para pasear que me encantaban.

-¿Qué?

-Sí, apostemos a que yo hoy puedo hacerte sentir más de lo que has sentido con él.

-No voy a ceder a eso.

-¿Por?

-Porque es como si me dices que vas a jugar a enamorarme.

Nada más decirlo bajé del coche, en parte no acababa de creer lo que me acababa de proponer y en parte me sentó fatal .

-Noe, no quería decir eso.

Él salió a por mi, por mi parte decidí sentarme en un banco.

-Siempre he tenido miedo a que me usaran simplemente para reírse un rato.

-Ese tipo de gente da asco y si eso te pasara con alguien podrías llamarme que pegaría una paliza a cualquiera. Pero no pienses que yo soy así.

-Si te soy sincera me encantaría pensarlo.

-¿Por?

-Déjalo, vamos a dar una vuelta anda.

-Prefiero que hables claro.

-Entonces olvida lo que he dicho antes ¿Qué te parece si vamos a tomar unos batidos?

-Noelia

-¿Si?

Me habló serio mirándome directamente a los ojos y se hizo el silencia. Pero no era incómodo estaba agusto aunque un tanto desubicada por así decirlo.

-Vamos a por esos batidos.

Sacó una medio sonrisa rodeó mi cuello con su brazo e hizo que empezara a caminar.

-Vale que sea bajita pero si ya te pones así me siento enana.- reí.

-¿Prefieres que te coja de la mano o por la cintura?

Me miró con cara de diversión y me lo tomé a broma.

-Mejor a caballito

-¿Si?

-¡No! ¿Estás loco?

-Solo un poco pero eso ni es malo ni tiene nada que ver para que no me dejes llevarte a caballito.

-Definitivamente estás como una regadera.

Nos sentamos en la terraza y pedimos dos batidos. Donde nos atendió un chico guapísimo, casi me quedo embobada mirándole.

-Aquí traigo un batido de chocolate y otro de lo mismo para una chica muy guapa.- Noté como Isaac le miró mal.-Tranquilo compañero, las novias de los demás las respeto. Si no ya me hubiera sentado yo con ella.

Me quedé atónita a como me había piropeado.

-Vaya asco de tío.

-Esta haciendo su trabajo que más da fijo que habla así a todas las que vienen por aquí.

-No lo creo

-Anda no te amargues.

-¿Qué vas a hacer respecto Asier?

- No lo sé la verdad

-Si sigues con el bien tonta eres

-Parece que quieras que lo deje con él

-Vamos, tenemos que ir a por tu hermano que ya es la hora

-A veces entenderte es complicado...

-No te creas. Soy como un puzzle en realidad, cuando juntas las piezas todo encaja. Aunque tu eres más bien como un cubo de rugbi

-¿Por?

-La gente normal no te comprende pero otros saben manejarte con los ojos cerrados.

-Ahora me haces pensar mucho.

-Dame la gracias entonces.

Cuando subió mi hermano empezó a reñirme por haberme saltado las clases, cosa que esperaba.

-Dylan, tu hermana me acompaño al médico porque no me encontra bien.

-¿Si? ¿Qué te pasaba?

-Nada, una otitis me ha dado un antibiótico y fuera.

-Bueno, lo siento entonces Noe, no he dicho nada.

-Da igual Dy, aunque creo que en compensación podíamos cenar hoy una pizza.

-Me parece bien, ¿quieres venir a probar nuestra suculenta, perfecta y deliciosa pizza, Isaac?

-No me lo perdería por nada en el mundo.

Princesa en la pistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora