Spirit Box - Circle with me

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Feel the weight of a martyr
It could all be yours if you echo birds of prey
Traitor cut down the altar
It could all be yours
Vultures circling the flame

Jalisco sin duda estaba siendo una aventura para Eric, Jenny y las niñas, se la estaban pasando muy bien y se estaban enamorando de lo hermosa que era la ciudad con ese toque de antaño de las colonias Españolas, pero igualmente siendo una de las urbes más grandes de México, casi rivalizando la capital del país a la cual irían en aproximadamente dos días para alcanzar a sus amigas, Fernanda y Astrid allá.

Había llegado a la casa de uno de los tíos de Jenny por parte de su padre y sus abuelos, algo que tenía muy emocionado al señor Pedro desde luego ya que tenía más de 30 años sin ver a su familia, siendo que su madre en esos momentos ya tenía aproximadamente ochenta y cuatro años habiendo tenido al hermano mayor del señor a los dieciséis años.

—¡Ya bajen a desayunar! Annie, Andrea.

Era la voz de la señora leticia buscando a su nieta y a la hija de las Lancaster.

Annie por su lado estaba en su cuarto arreglándose se había vuelto una chica muy glamurosa y le gusta siempre estar bien vestida, se ponía unos jeans que tenían estampado floreado junto a una playera de cuello "V" de la marca "American Eagle" que se había vuelto su marca favorita, junto con unos tenis "Vans" de color rosa, con su cabello amarrado en una linda cola de caballo.

Salía ya de su cuarto perfumada y lista para poder desayunar con sus tíos y los parientes de los mismos, caminando por el cuarto donde estaba quedándose Andy, y la veía arreglándose, trayendo una playera de "Arch Enemy" con unos jeans negros y unos "Convers" de la misma tonalidad.

La hija de Erick salía de su cuarto y se topaba con su prima, ambas se veían y se barrían.

—¿Qué quieres Annie? —La voz de Andrea era sumamente agresiva.

—Te iba avisar que ya estaba el desayuno, pero mejor muérete de hambre.

—No necesito que me avises las cosas cuando ya las escuche, babosa, así que no estorbes muero de hambre —respondía Andy nuevamente mientras avanzaba para quitar del camino a Annie.

Annie la estaba pasando mal esos días, extrañaba a sus mamás, Fernanda y Astrid, pero aparte se sentía fuera de lugar, si bien sus tíos hacían todo para hacerla sentir incluida, ella no encajaba ahí, ya que era estar jugando siempre en la tierra, con los caballos, al soccer o alguna cosa así. Ella no estaba acostumbrada a eso, desde luego ella si hacía ejercicio, pero no de esa manera ya que con mamá Fernanda y Astrid ellas tenían o piscina, un gimnasio en casa, videojuegos de ejercicio como el "Just Dance" donde muchas veces solo las veía divertirse su mamá bajista mientras ella y su mamá gótica se la pasaban bailando, más que nada por su pierna.

No obstante, su madre Fernanda si hacía mucho ejercicio, desde pesas, un poco de cardio y demás cosas que no le pedían mucho movimiento físico en su pierna, y vaya que tenía un cuerpo de ensueño. No era delicado como una flor sino estaba muy marcado, flexionaba sus músculos y se marcaban tanto en su espalda como en sus brazos y piernas, claro no como un fisicoculturista, pero si tenía una fisionomía muy tonificada.

Esto claramente lo amaba su mamá Astrid, siempre veía como la gótica observaba a la bajista, era gracioso cuando ella atrapaba a su madre biológica viendo a su adoptiva, mordiéndose sus labios y en más de una ocasión la dibujante había visto a su hija verla ocasionando que se sonrojara de que la hubiera atrapado infraganti.

Si algo había aprendido a lo largo de toda su vida de estar con ellas era que se amaban sobre todas las cosas, siempre que estaban juntas era como si las dos brillaran, no había nadie más, solo ellas, bueno y por obviedad su amada hija, pero el mundo no importaba.

Tú voz, mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora