Narra Ashton.
Alzo la mirada para caer en Jennifer yendo hacia su amiga. Esta chica era una caja de sorpresas. La verdad era que en poco tiempo había conseguido despertar una curiosidad en mi, no era amor, siquiera atracción, era simple curiosidad.
Mis pensamientos se ven interrumpidos por su voz. La veo subida en la pequeña tarima del local. Llevo la palma de mi mano a mi cara.
-¡Ehhhhhhh, qué pasa tíos! -grita balanceándose. Me remuevo inquieto, con la borrachera que llevo aún no pienso con claridad.
La multitud de gente se calla, observándola, ya que la inteligente chica había parado la música.
-¡Cortarrollos! -se oye desde el fondo.
-¡Cállate y deja de pelártela como un mono! -responde ella. Reímos.- Vengo a contaros algo. Tú, rubiales -señala al chico de antes. Este la mira con una mueca, y sonríe.-
-Cómo te llamas -pregunta Jenn sonriendo.
Veo a Paula ponerse a su lado, y coger el micrófono.
-Jennifer, para o te daré tal hostia que te acordarás mañana -advierte recelosa.
Sofía, aún al lado de Calum, está paralizada. Las mira, me mira, y las vuelve a mirar. Estamos en mal estado, y puedo notar como las circunstancias se tornan un tanto oscuras. Por un momento pienso en enviar a Calum a por ellas, pero luego un impulso me envuelve y decido ir yo mismo. Me pongo en pie, y camino.
Cojo de las piernas de Jennifer y me la subo a la espalda. Esta patalea.
-¡Violador! ¡Imbécil! ¡Suéltame, Ashton! ¡Vas a lamentar esto! -la escucho, y río. Aviso a Calum, quien ayuda a salir a Paula de allí. Le digo a Sofía que nos acompañe, y esta asiente sin pensárselo.
-Ashton, te juro que voy a coger esos testículos tan grandes que tienes y te los voy a retorcer -murmura la chica de mi espalda. De tan sólo imaginármelo, me dan escalofríos. Al llegar a un aparcamiento, la bajo, y la sostengo de la cintura.
-¡Que no me toques! Seguro que con esas manos te habrás tocado ese pene de negro que tendrás -dice siseando. Aún está borracha. Como se nota que no bebe. Río por lo que acaba de decir. ¿Piensa que tengo un pene de negro? ¿Piensa en mi pene? Interesante.
-Jenn, si no te sujetas vas a caerte -dice Sofía con un tono paciente.
Jennifer pasa un brazo por mis hombros, y cierra los ojos.
-Ashton, siento todo esto, me la voy a llevar a casa, llamaré a mi hermano -dice disculpándose.
-No entiendo por qué has salido tan disparada -digo burlón.- Es decir, Jenn sólo estaba haciendo una broma, ¿no?
Veo como suspira, y sonríe falsamente.- Hay cosas que nunca pasan, supongo.
Pienso en lo que acaba de decir, y mientras dirijo mi mirada a Jennifer, quien está revolviéndose en mis brazos. ¡Ni dormida está quieta, dios!
-¿Harry? Sí, eh, estoy en... eh, en el aparcamiento del sitio ese donde... venden... -dice por teléfono.- ¡Sí! Justo ahí, ¿cuánto tardarás? -se calla.- Está bien, sí. Sí, Jennifer está bien. Que sí. ¡Enrique no seas pesado! No. No, no he bebido apenas. Harry, ¿podrías llegar ya? Graciaaaas -y cuelga.
Y algo me viene a la mente. ¿Ese tal Harry es el novio de Jenn? ¡Vaya hombre! Yo que me había hecho ilusiones.
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Narra Jennifer.
Abro los ojos y me doy de cara contra el suelo. Desde luego, es una manera cojonuda de recibirme. Me doy cuenta de que esto no es mi suelo. Es un coche. Me tomo unos segundos para ubicarme, y sé que es el coche de Harry por el chirrido de los frenos.
-Creo que se ha caído al suelo -oigo una voz en los asientos de delante. Me incorporo rápidamente, ignorando el jodido dolor de cabeza que tengo.
-¿A dónde vamos? -pregunto sárcastica.- ¿Qué cojones hago en tu coche? ¿No estábamos en una fiesta? ¿Y Paula?
-Vamos a casa, sí, estábamos en una fiesta, y la has cagado, ¡otra vez! -grita mi mejor amiga.
-¿Qué he hecho ahora? -pregunto alterada, y veo como Harry abre la boca.- Tú ni te molestes en regañarme, tengo casi dieciséis años, sé cuánto beber -le callo.
-Paula estaba intentando camelarse a un chico, y tú...- no hace falta que siga hablando, sé que no merezco vivir en esos momentos. Total, tarde o temprano Paula me quitará el oxígeno.
-Mierda -digo.- Mierda, mierda, mierda, mierda. Estúpida. Soy gilipollas. No, no, no, no, no, ¡no! -grito.
-Jenn, tranquilízate -me calma Sofía. Empiezo a hiperventilar. Joder, dijimos que esto no volvería a pasar.
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Platonic love
RomanceLa vida de Jennifer es una marea de corazones. En primer lugar, un profesor que parece un actor de cosas indebidas. En segundo, un youtuber, odiado a más no poder por ella, y amado hasta las entrañas por su mejor amiga. Unas tutorías, una quedada, u...