-¡Jennifer, ven aquí! -me gritó.
-Que no va a ir, tío -dijo Nicolás cansado.
Me miró interrogante, y yo le dije:
-Hoy no hay clase.
Y subí al bus, bajo la atenta mirada de Ian.
Caminamos hasta el final del vehículo, y miré por la ventanilla disimuladamente por si ya se había ido. Caminaba con aire enfadado hacia la dirección contraria, menuda bronca me caería cuando llegara a casa por la noche.
-Yo me hubiera ido con él -dijo Kevin mordiéndose el labio.
-Adelante, todo tuyo, es un capullo egocéntrico -contesté cruzandome de brazos.
-Hey, tranquila, posiblemente solo te quemen cuando llegues a casa -dijo Sofía quitandose un auricular.
-Gracias -solté sarcástica.- Nico, ¿qué dijeron tus padres la primera vez que te escapaste? -pregunté preocupada.
-Mi madre me gritó que por algo me había encontrado en un contenedor, y mi padre me dejó fuera de casa sin las llaves -contestó tranquilo.
-Joder... -dije angustiada.- ¿Y si vuelvo?
-No, en el futuro te reirás de esto -contestó Kevin peinándose. Rodé los ojos, no estaba del todo convencida.
-¿Y tú cómo sabes eso? -pregunté.
-Mira, ¿te acuerdas cuando te quedaste hasta las seis de la mañana haciendo un trabajo de sociales? Y solo para levantar un cuatro, a espaldas de tu madre. Luego se lo contaste y os reísteis, con esto pasará lo mismo -soltó mirándome.
Incliné la cabeza, pensando en lo que había dicho. En cierta manera tenía razón, cuando tuviera veinte años me reiría.
-Primer consejo útil de Kevin, gracias -dije levantando las manos. Me miró mal, y siguió tocándose el pelo.
Me puse la música, en mi precioso móvil roto, y me apoyé en el hombro de Sofía. Nos quedaba una hora para llegar al centro comercial.
Media hora después:
-¿Cuándo llegamos? Cuándo llegamos, cuando llegamos, cuando llegamos, cuando llegamos -repetía Nicolás.
-¡Cállate, pedazo de imbécil! -gritó Sofía, mirando el móvil concentrada.- Jonan está haciendo followspeed y me cago en la puta, cállate un rato.
-Me la suda ese Jonan vale, me callaré si quiero, cuándo llegamos, cuándo llegamos, cuándo llegamos -siguió.
-Nico, en veinte minutos -contestó al fin Kevin chasqueando los dedos, y cruzándose de brazos.
-¡NO! -gritó Sofía de repente.
-¿Qué pasa? -dije yo.
-Jonan, socorro, me ha seguido en twitter, ayuda, por qué, no, no me lo creo, mis bragas -dijo aplaudiendo.
-Pues a mi me sigue Shawn -dije sonriendo.
-¡CÁLLATE! No te atrevas a jugar con mi marido, te ha seguido porque sabe que me conoces -contestó convencida.
-Perdona, me ha seguido por mis sensuales... -me quedé titubeando.
-Tobillos... -susurró Kevin, rodando los ojos.
-¡Tobillos! -exclamé sin pensar.
Sofía me miró mal, y yo sonreí, esta vez había ganado.
-Y Carlos me seguirá también -dije contenta.
-¿Por qué? Seguramente se la chupes y le has pedido follow a cambio -dijo.
-Jen solo me la puede chupar a mi -dijo Nico.
-No la chupo -los miré mal.- Me va a seguir porque soy diva y si -dije.
-Cuándo llegamos, cuándo llegamos, cuándo lleg... -repitió Nico, por última vez, ya que Sofía se había quitado la zapatilla derecha y estaba amenazándole.
-¡CÓMO NO TE CALLES TE LA COMES! -gritó.
-A mi no me amenaces, niñata -siguió él.
-ES QUE TE LA COMES HIJO DE LA MIERDA, TE LA COMES Y LA VOMITAS -gritó de nuevo, y lanzó la zapatilla al aire.
-Qué agresividad la vuestra, estaos quietos -dijo Kevin poniendo paz.
-Pero si ha sido esta anormal...
-A QUIÉN COJONES LLAMAS TÚ ANORMAL, EH, MIRA QUE TE SANEO, MIRA QUE TE COMES EL BUS ENTERO...
-Hey, Sofía, ya, escuchame, no vale la pena -dije intentando calmarla. Se llevaban demasiado mal para ser verdad.
El bus paró, y me di cuenta de que nos tocaba bajar allí, por lo que avisé a los chicos y nos fuimos.
Nos paramos frente a las puertas de aquel centro comercial, nos enganchamos del brazo de la otra, y suspiramos.
-Bien, aquí podéis elegir si marcharos a ligar -dije.
-O venir y elegir zapatos, pantalones, faldas, ropa interior, chaquetas, y camisetas -acabó Sofía.
-Yo voy a repartir sida -dijo Nicolás.- Luego quiero ver tu ropa interior Jen -me dijo. Le saqué el dedo, y miramos a Kevin.
-Kevoncio, ¿vienes? -preguntó Sofía.
-No -contesté rápidamente.- él, se va a ir, porque tiene que...
-¿Estás de coña? Yo quiero elegir vuestros tacones, sobre todo con tus tobillos anchos es más difícil, deja al experto -dijo orgulloso.
-¡QUE NO TENGO TOBILLOS ANCHOS, HOSTIA! -grité alterada.
-¡QUE SÍ! Yo los he visto -aseguró.
-Anda, vamos -dijo Sofía tirando de mi.
Saqué el móvil del bolsillo, viendo seis llamadas perdidas de mi madre y un mensaje suyo.
Mensaje de: Mamá.
"Jennifer, no sé dónde estarás ni con quién ni haciendo qué, pero como no estés en casa antes de las cinco, vas a saber lo que es una madre enfadada.
Y tras leer aquel dulce mensaje, un sudor demasiado frío para aquella çepoca del año, me recorrió la columna de punta, a punta.Holaaaa. Hey. Qué tal. K tl tts. Espero que genial, bc yo no. El exámen de mate una mierda es decir mucho. Y mañana de plástica, que se me da tan bieeeen. :D.
Como podréis apresiar Jen es una rebelde de la vida y se ha escapado de las autoridades. Y pues Nicolás tiene sida, y Kevin un poco de ébola, y Sofía pues, pues, furcianismo, like Diego, sos.
Espero que os haya encantado, que os haya echo reir, y que os foien un ratito bueno.
A cascarlaaaaaaaaaaaaaa. Chao <3.
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Platonic love
RomansaLa vida de Jennifer es una marea de corazones. En primer lugar, un profesor que parece un actor de cosas indebidas. En segundo, un youtuber, odiado a más no poder por ella, y amado hasta las entrañas por su mejor amiga. Unas tutorías, una quedada, u...