Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo

El REY DE LOS PIRTAS

Narra Susan

El padre de Jack abrió el pesado libro buscando algo en él.

-Barbosa tiene razon. Afirmó el Capitán Tic.

-Espera un momento. Comentó mi Capitán, revisando el código y comprobando que, efectivamente, Barbosa estaba en lo cierto.

-No habido rey desde la primega asamblea. Y es improbable que lo haya. Dijo el francés.

-Muy improbable. Murmuró el guardián.

-¿Por qué? Preguntó mi hermana confusa.

-El rey de los piratas se elige por petición popular. Le comencé a explicar a Elizabeth.

-Y cada pirata vota siempre por si mismo. Concluyó Jack mientras su padre tomaba asiento en una especie de trono al fondo de la sala y empezaba a tocar su guitarra.

Mi esposo, tras mirarme, volvió hablar -¡Solicito una votación!

-Yo voto por Ammand el corsario.

-Yo por Capitan Chevalle, el francés desplumado.

-Sri Sumbhajee vota por el Sri Sumbhajee.

-La señora Ching.

-El Caballero jocard.

-Elizabeth Swann.

-Barbosa.

-Villanueva.

Solo faltaba Jack por votar. Se tomó un momento para situarse a mi lado y poner una de sus manos en mi espalda baja.

-Elizabeth Swann. El voto, como es obvio, les sorprendió a todos ellos.

-¡¿Cómo?! Exclamó mi hermana.

-Sí... Es curioso, ¿verdad? Le respondió mi esposo.

-No eras nuestra opción preferida, pero es lo que hay. Comenté con una sonrisa de lado.

Los piratas iniciaron una nueva discusión que no permití que durara mucho tiempo.

-¡Guardad Silencio! Dije con un tono más elevado que el resto y golpeando la mesa, provocando que la disputa cesara.

-¿Debo entender pues qué no vais a respetar el código? Insinuó Jack, haciendo que su padre rompiera una de las cuerdas de la guitarra como forma de amenaza para cualquiera que se le pasara por la cabeza intentarlo.

Y al igual que hacía unos minutos, todos volvieron a tomar asiento en total silencio.

-Está bien, ¿qué decidís vos, capitana Swann, rey de la asamblea de hermanos?

Elizabeth contestó con voz firme y decidida. -Preparad toda embarcación que flote. Al alba entraremos en guerra.

El Sri Sumbhajee al fin decidió hablar con su voz extremadamente aguda. -Sea pues, estamos en guerra. Declaró causando la euforia entre los hermanos.

Mi Capitán entrelazó nuestras manos para llevarme con él hasta quedar enfrente del guardián del código, quien lo observaba fijamente. Sabía lo que estábamos haciendo.

-¿Qué? Has visto de todo, has hecho de todo, has sobrevivido. Ese es el truco, ¿no? Sobrevivir. Le cuestionó aguantando su mirada.

-No se trata de vivir para siempre, Jackie. El truco es, convivir con uno mismo, para siempre. Explicó dejando su guitarra a un lado y acercándose hacia ambos.