Capítulo Dieciocho (parte dos)

1 0 0
                                    

"Quiero que todo te salga bien, que rías en voz alta, que el universo te escuche, que cada sueño se cumpla. Quiero verte ganando en la vida"

Mis ojos se abrieron lentamente, parpadee por la luz que se colaba por la ventana, parecía ser apenas medio día, sin embargo, me sentía como si hubiera dormido todo un año.

Observe la foto de mis abuelos en la pared de mi habitación. Alto. ¿Mi habitación?

Me levanté de repente, con el corazón latiendo rápido, ¿Cómo había llegado a mi habitación?

Mire a mi alrededor buscando a alguna pista, y la encontré cerca a la puerta, con los ojos puestos en las fotos del marco de mi ventana y una pequeña sonrisa.

—¿Ethan? —pregunté con la garganta seca.

Él se volteó rápidamente, asustado, como si lo hubiera sacado de su mundo de un tirón, terriblemente asustado. Sin embargo, su mirada se suavizó al verme.

—Oh, vaya —sonrió y se puso de pie acercándose a la cama—. La bella durmiente ha despertado —tomó un vaso de agua que tenía a su lado y lo tendió a mí sin dejar de observarme con una sonrisa.

—Gracias —respondí simplemente dándole una pequeña sonrisa y bebí en un solo trago todo el contenido del vaso.

Él me miraba con una sonrisa cómoda, casi imperceptible, pero que me trasmitía un sentimiento diferente al esperado, como tranquilidad y emoción,el seguía con sus manos en los bolsillos, como si estuviera feliz de solo verme beber agua.

Señale el lugar a mi lado como solía hacerlo cuando venía a ver películas y se sentó recostándose en el espaldar, subió sus pies a la cama con zapatos y golpee juguetonamente sus pies, los bajó rápidamente.

Ambos reímos, él sabía que era algo que me molestaba y aun así lo hacía, algún día me lo comentó con gracia "Hacerte enojar es genial", recuerdo que le pregunte con indignación el porqué, "Cuando te sonrojas te ves tierna", y se encogió de hombros, mi corazón latió rápido aquella vez.

—¿Cómo llegué aquí? —dije acercándome más a su lado y recostándome en una pose que seguramente le haría mal a mi espalda.

—Yo te traje —murmuró con la mirada en alguna parte de mi pared.

—¿Hace cuanto? —cuestioné haciendo un horario mental de lo que quedaba de día con base en la hora aproximada en ese momento.

—Dos horas —dijo simplemente fijándose en una fotografía en la que me encontraba con Neus en alguna feria, debía tener unos quince años y me veía hermosa aquel día, mi amiga me había obligado a comprar algo de ropa para la ocasión.

Le miré horrorizada —¿Llevas dos horas ahí?

Él se rio ante mi expresión y me miró de una forma en la que nadie jamás lo había hecho, pero se veía cansado de repente, se hacían más obvias sus ojeras y la palidez. La fascinación era algo que me causaba extrañez cuando venía dirigida de él a mí.

—Han sido unas divertidas horas, tu guía del arte barroco ha sido lo mejor que he leído en mi vida —se burló.

Mi vista se fue hacia el libro que estaba encima de la pequeña mesa, el primer libro que me compró la abuela de artes y con el cual enloquecí, mordí mi labio conteniendo una sonrisa, e imaginando lo hermoso que se vería leyendo algo de arte.

Entonces nos sumimos en una conversación sumamente interesante sobre los estudios y diferentes cosas triviales, pero que me hacían sentir bien.

No podía parar de pensar en lo cómoda que estaba, en que no tenía que forzarme para hablar con él, todo parecía tan fluido con él, tal vez demasiado fluido, tranquilo y divertido.

—¿Vas a hacer algo en el festival? —pregunté mientras sacaba un dulce que tenía guardado en una pequeña bolsa y se la tendía a él.

—No tengo nada que mostrar, no soy bueno en nada de lo que son buenos ellos —murmuró tomando dos dulces de la bolsa.

—¿Baile? —pregunté empezando a enumerar los que se pasaban por mi cabeza.

—No —dijo metiendo el dulce a su boca.

—¿Recitar? —continué.

Se rio por lo bajo con gracia —Mucho menos.

—¿Algún instrumento? —lo observe con curiosidad al ver como su rostro se contraía, se removió incómodo bajo mi atenta mirada.

—No soy bueno —murmuró con una mueca triste y tuve la intención de preguntar más acerca de ello, sin embargo, no quería incomodar.

—Seguro cantando si —comente, le había visto cantando más de una vez, en especial cuando lavaba la loza. Era divertido.

—No lo sé —vi como realmente se empezaba a incomodar así que asentí y miré para otro lado, dejando ir el tema, pero dándole vueltas a las posibilidades de su reacción en mi cabeza.

—¿Aún sigue en pie lo de esta tarde? —comentó poniéndose de pie.

—Claro —asentí viéndolo desperezarse, su camisa se levantó un poco y me forcé a no mirar hacia abajo.

—A las cinco paso por ti —dijo de manera graciosa guiñando y me hizo sonreír.

—Bien —dije mientras que lo veía acercase a la puerta lentamente—. Gracias por todo —dije de corazón, desde por haberme traído hasta por conversar conmigo con paciencia y cariño.

Se volteó y me miró con una pequeña sonrisa, sentí algo extraño en el aire, una tensión interesante, que hacía que mi corazón latiera a toda velocidad.

—Siempre a la orden princesa —guiño un ojo ahora en serio y se fue caminando tranquilamente.

Me acosté mirando al techo y me permití emocionarme como una pequeña adolescente que acaba de hablar con el chico que le gusta, miles de hormonas alterándome en el interior.

Suspire, quería compartir aquello con Neus. Llevé mi mano instintivamente hacia la manilla en mi muñeca, Neus, mi mejor amiga me la dio en primaria. Sonreí ante el recuerdo, a veces hay personas que se mezclan tanto contigo que terminan siendo parte de ti.

-------

Buenos días/tardes/noches.

Segundo primer capítulo del año. 

Vis a todo lo que dije antes.

Gracias por leerme 💛.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 05, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Espacio Entre el Cielo y la Tormenta (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora