Capítulo 10: Acuario

339 21 0
                                    

Alejandra's P.O.V

— ¡Alejandra Venegas abre en este instante! — gritó alguien desde afuera de mi habitación seguido de muchos golpes a la puerta.

¿Ahora qué?

Como pude me levanté de mi cama y abrí la puerta. Eran Laia y Jana.

Dejé que entrarán a mi habitación y me volví a tirar a mi cama.

— No bajaste a desayunar — reclamó Laia cruzándose de brazos.

— Que pecado — dije sin despegar mi cara de la almohada.

— No sé que vamos a hacer contigo — dijo Jana sentándose en mi cama.

— Dejarme dormir sería una buena opción — dije tapándome con mis sábanas.

— Tenemos un tour — dijo Laia.

¿Tour? — fruncí el seño.

— Vamos a ir a conocer Barcelona todos juntos — dijo Laia emocionada.

— Pues que les vaya bien, yo me quedo — dije.

— No es opcional ir — dijo Jana — Y el autobús sale en 30 minutos — añadió.

— Yo que tú me apresuro — dijo Laia riendo.

De mala gana me levanté de la cama y me duche. Dejé el agua corriera por todo mi cuerpo para reaccionar y recuperarme de la noche de ayer.

Cuando salí me maquillé un poco y me puse un vestido verde menta con flores acompañado de mis tenis blancos, accesorios y mis gafas de sol.

Tomé mi celular, un Gatorade que había comprado y salí de la habitación para dirigirme a la entrada del edificio. Todos estaban listos solo esperando abordar el autobús.

Mis ganas de convivir con gente eran nulas y mis ganas de ir a conocer Barcelona eran inexistentes en este momento.

Quiero dormir.

Busqué a Jana y Laia y me paré a esperar con ellas.

— Buenos días — dijo Gavi acercándose a mi.

— Dejémoslo en días — le di un trago a mi Gatorade.

— Estuvo fuerte ayer — rió viendo mi bebida.

— Cállate — lo empujé un poco — Tú estás usando gafas así que tampoco estás muy vivo — reí.

— ¡O sea que tú estabas ayer y dejaste que esto pasara! — reclamó Jana.

— Qué te diré... — Gavi se encogió de hombros.

— Hasta crees que voy a dejar que un niño de 18 años me diga que hacer — me burlé.

— ¿Cómo la aguantan? — preguntó él molestándome.

— Es buena persona, solo no le gusta que le digan que hacer — comentó Laia pasando un brazo por mi hombro.

¡Hey! — reclamé haciendo que rieran.

Todos empezamos a abordar el autobús, Jana y Laia se sentaron juntas porque les dije que me iba a dormir así que podían irse juntas.

Me senté en un asiento libre frente a ellas, estaba existiendo, realmente no tenía cabeza para convivir con nadie.

— ¿Está ocupado? — preguntó una voz masculina bastante conocida parada a mi lado.

— Todo tuyo — le di una sonrisa y él tomó asiento.

— ¿Qué tal la noche? — preguntó Eric riendo un poco.

Contra Las Reglas; Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora