Alejandra's P.O.V
Pude ver cómo una estrella fugaz pasaba frente a mis ojos y cuál niña chiquita pedí un deseo.
Solo quería tener paz, ese era mi deseo.
— ¡Bu! — gritó alguien apareciendo de la nada a mi costado.
— ¡Ah! — pegué un brinco y agarré mi pecho viendo como la persona encargada de que casi me diera un infarto reía.
— Lo siento, no pude evitarlo — dijo Pedri sin dejar de reír mientras se sentaba a mi lado.
— Casi se me sale el corazón — llevé mis manos a mi cara.
— Te vi desde lejos y no lo pude evitar — rió — ¿Qué haces corriendo cuando las explotaron en el entrenamiento? — preguntó.
— Es que yo... — me quedé pensando y finalmente volteé a verlo. Él examinó por completo mis ojos que estaban totalmente hinchados por tanto llorar.
— ¿Qué te pasó? — preguntó acercándose un poco para asegurarse de la condición de mis ojos.
— Nada — contesté seca y volteé para el otro lado — Me entró mucho polvo a los ojos mientras corría — mentí.
Él delicadamente giró mi cabeza con su mano para verme fijamente, yo suspiré.
— Eso no es por el polvo — dijo suavemente haciendo que yo bajara un poco mi cabeza.
Odiaba dejar que la gente me viera vulnerable.
— Estoy bien — sonreí con un poco de dificultad.
— Esos ojos no dicen lo mismo — dijo con compasión.
— No fue nada — le sonreí.
— Ale, puedes confiar en mí — tomó mi mano para darle pequeñas caricias haciendo que las mariposas en mi estómago se alborotaran — Siempre que necesites — sonrió levemente.
— En verdad, estoy bien — le sonreí, no quería hablar del tema. Él no respondió, pero no quitaba su mirada de mí — No fue nada — insistí.
— Bien... — suspiró sin dejar de hacer caricias en mi mano.
— ¿Cómo estuvo tu entrenamiento? — pregunté cambiando de tema.
— Me cansé — admitió — Pero el suyo estuvo más fuerte que el nuestro — abrió los ojos — Nosotros estábamos sufriendo su entrenamiento solo de verlas — ambos reímos.
— Ni me lo digas — sonreí — Yo acabé muerta — negué con la cabeza.
— Juegas muy bien, nos impresionaste — sonrió — Fue un golazo — mencionó.
— Muchas gracias... — sonreí.
— A ver que día jugamos juntos — levantó sus hombros — Pero si juegas como entrenas, me la pondrás difícil — reí.
— ¿Estabas concentrado en tu entrenamiento o en el mío? — bromeé.
— Que te digo... — rió — Apareciste de la nada en el equipo y no teníamos ni idea de como jugabas — se encogió de hombros — Además, después del sábado — comentó haciendo referencia a la fiesta — No pensamos que fueras a tener ese nivel — admitió.
— ¡Ya me habían juzgado, madre mía! — me hice la enojada, pero él sabía que era de broma así que se rió — ¡Y te da risa! — reclamé "enojada".
— Dramática — me dijo de broma, yo le hice cara de indignación y me paré para seguir el rollo de enojada — ¡Ven! — dijo riendo mientras yo empezaba a caminar a la salida.
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Contra Las Reglas; Pedri González
FanfictionAlejandra Venegas, una chica de 20 años que está de intercambio en una ciudad de España, Terrassa, jugando fútbol en su Universidad, disfrutando de su juventud como sí no existiera un mañana y próximamente la nueva promesa del Fútbol Club Barcelona...